Paola cae en juegos que no se espera - Relatos Eróticos

Paola cae en juegos que no se espera

... comenzó a moverse y saco su camiseta, dejando a don Toño asombrado con esos pechos que tenía, Paola no se había equivocado, y el brasier elegido, las hacia lucir aún más, siguió moviéndose con cierta dificultad en el colchón de su hermano y comenzó bajar su pantalón malla, ella, quien hacía tiempo solo usaba colaless, un calzoncito que atrás apenas si cubría nada. Don Toño esta vez se tomaría con calma su calentura, iba a disfrutar de esta niñita bien consiente de todo mirando su reloj, le haría su siguiente oferta a las 9,25. Entonces ahí estaba ella bailando para aquel viejo feo caliente, en un acto de lo más tranquilo, y los dos concentrados en sus propias acciones, por un lado ella bailaba pensando que pronto terminaría todo, y por otro el mirando y decidiendo que sería lo primero que iba a usar de esta pobre inocente. Entonces y como una alarma, sonó el teléfono de Priscila… ella detuvo el baile, y en un gesto educado, le dijo a don Toño, que volvía en seguida.

Paola hablo y pregunto:

-Como estas… todo bien.

-Siiii -dijo ella- el viejito está sentado tranquilo mirando, así que puedes irte, está todo bien. Y gracias por la preocupación.

-Vale vale -respondió Paola- nos vemos mañana y cortó… Priscila volvió a la habitación, cerró la puerta, subió el radio y arriba de la cama comenzó a moverse, solo quedaban 20 minutos y seria todo.

Paola, se bajó del auto, y se fue en dirección a la casa, abrió la reja del antejardín con sigilo, y con un cuidado extremo, ...

... abrió la puerta de la entrada principal de la casa, notando que ellos estaban en la habitación del fondo. Entonces se fue adentrando para poder oír que sucedía, y se encontró con la cocina que tenía una puerta al patio, decidió salir por ella y rodear la casa por el jardín, lenta y sigilosamente fue moviéndose hasta salir al patio, ahí se dio cuenta que la luz encendida era la del último cuarto, cerró la puerta y se acercó lentamente, habían unas cortinas de visillo que dejaban ver siluetas, miro por una orilla y vio al viejo sentado en un rincón, y detrás de él otra ventana, astutamente, rodeo la casa, y pudo ver que al otro lado, había una ventana mal tapada con una persiana, la que permitía una vista completa de lo que sucedía… su corazón se puso a mil, y se sentó por debajo de la ventana para no ser vista.

La música sonaba y el reloj de don Toño marco la hora esperada, entonces y sacando 30 dólares de su cacheta le dijo a Priscila:

-Le daré estos billetes si me vende su brasier.

Aquellos brasier negros talla 38 copa D, ciertamente valían dinero, pero no llegaban a los 10 dólares, ya que Priscila siempre compraba su ropa interior de oferta en algún supermercado. Entonces ella respondió…

-quiere que se los venda…???

-sí, me gustarían como recuerdo –le respondió él.

Ella viendo la pasividad del viejo y los billetes en su mano, pensó, qué más da que vea mis pechos este hombre, si de todas formas me estoy ahorrando 300 dólares ya, y con esos 30, pues son 3 días ...