1. LA JAULA


    Fecha: 16/11/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    LA JAULA Todo empezó por casualidad, mientras esperaba en el consultorio del dentista a que e mismo me atendiera, había tomado una vieja revista al azar para matar el tiempo, leí algunos artículos de coches, otros de política y me detuve en una nota de desviaciones sexuales, en ese momento me causó gracia, pero también cierta curiosidad. Con la mayor de las reservas, corté la hoja, la plegué y la dejé en el bolsillo de mi camisa, para releerla con tiempo, lugar en que quedaría olvidado. Una semana después, al regresar del trabajo, Ana, mi esposa estaba sentada al borde de la cama leyendo atentamente la nota, ella solía revisar los bolsillos de mis prendas antes de ponerlas a lavar porque yo siempre olvidaba todo en ellos y fue así que dio con ella, al igual que yo, en ese momento sonrió sin darle mucha importancia. Pero esa tonta nota sería solo el fósforo que desataría el incendio, porque eso estaba en ella, y también estaba en mí, solo teníamos que descubrirlo. Yo tenía treinta y seis, ella veintinueve, yo trabajaba en una gran ferretería industrial del barrio, ella era cajera en un supermercado. Ana empezó a interesarse en el tema, primero a escondidas, luego abiertamente, me hizo partícipe de sus deseos y poco a poco me arrastró con ellos. Las cosas empezaron a cambiar, su círculo de amigas, sus pensamientos, sus reacciones, su temperamento y por qué no decirlo, nuestros encuentros íntimos. Ana era una mujer que no destacaba de la media por su belleza, de cabellos ...
    ... castaños claro entre lacios y enrulados, gruesas cejas, ojos café y pómulos saltones, tez blanca y labios delgados, mediana estatura, tirando a baja, proporciones un tanto justas, diminutos pechos que causaban en ella un profundo complejo, escueta cintura y prominentes caderas, de piernas cortas y bastante morrudas. De vestir normal, jeans, zapatillas, remeras holgadas, no era de usar muchas alhajas, menos maquillaje. Pero eso cambiaría, todo cambiaría… Todo cambio lleva su tiempo, pero como cambiaron las cosas… Ana poco a poco dejó de acompañar mis decisiones para tomar un rol dominante, decidió dejar su trabajo, porque necesitaba más tiempo para ella, le dieron unos pesos como gratificación y me dijo que también había decidido agrandar sus pechos y terminar con ese complejo que tan mal la tenía. El tema de los implantes era demasiado costoso, así que juntó esos billetes que le habían dado con los ahorros que yo estaba haciendo por mi cuenta para comprar un coche nuevo, y ahí se fueron mis proyectos. Su nueva figura cambió su autoestima, como que contribuyó al cambio y para ser justos, me encantaron las nuevas y enormes tetas de mi esposa. Y siguieron los cambios, y aclaro, para mí fue todo placentero, yo fui parte de todo, de una nueva forma de vida. Empezó a ir al gimnasio y se puso en forma, bajó varios kilos de más que tenía, nueva forma de vida, su cabello pronto pasó a un rubio casi blanco, recogido casi siempre en cola de caballos, bien alta, bien de puta, sus orejas ...
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