Las maravillas de la vida misma - Relatos Eróticos

Las maravillas de la vida misma

... estaba siendo usado por dos hombres que si los veo en la calle jamás hubiese pensado que tenían una tendencia de ese tipo. En realidad nunca me fijo mucho en las personas. En un primer momento me dio por analizar mi situación, estaba siendo usado por dos homosexuales, que seguramente me violarían sin tener la menor preocupación si yo también gozaba o moría de miedo, después me amenazarían de muerte si contaba algo. Llegaría a casa con el culo dolorido, me bañaría y esperaría la fiesta de cumpleaños y al otro día vuelta a la rutina.
Entonces tomé una decisión que cambió mi vida para siempre. Tomé parte activa en aquella situación, sin esperar a que me desvistieran comencé yo a quitarme la ropa, quedé desnudo y por la reacción de calentura de los hombres, mi autoestima subió inmediatamente, les gustaba lo que veían. Estaba desnudo entre los dos, tomé sus manos y las hice recorrer mi cuerpo. Los hombres estaban muy calientes, pero yo tenía el mando. 
Los desnudé también a ellos. Sus penes eran parecidos, no muy grandes, pero gruesos, los acaricié mis manos quedaron pegajosas con su líquido preseminal, recordé películas porno y pasé mis dedos por mis labios, chupando ese líquido. Los hombres no daban más de calientes, querían penetrarme por el modo en que acariciaban mis nalgas y sus dedos trataban de entrar en mi agujero.
Besaba a uno y otro intercaladamente, bajé  hasta tener sus miembros a escasa distancia de mis labios. Metí uno a mi boca, luego el otro, intenté meter ...

... ambos al mismo tiempo, pero no cabían los dos juntos, así es que chupaba uno y luego el otro. El desconocido de estatura más baja fue el primero que se corrió en mi boca, me llenó de semen, no lo escupí aunque era la primera vez que tenía semen en mi boca, lo saboree un poco y luego lo tragué todo, limpié su pene con mi lengua y luego tomé el miembro del otro y lo metí hasta la garganta, con rápidos movimientos lo hice correrse también y llenarme nuevamente de semen. 
Yo no había acabado, mi pene estaba duro, los hombres se dieron cuenta y ambos comenzaron a pajearme,  los dejé hacer. me besaban y recorrían mi cuerpo con sus manos, luego ambos me chupaban el miembro y los testículos, sin duda aquello era mucho mejor que mirar una porno en internet.  Ya no aguanté y me corrí en la boca de uno que inmediatamente lo traspasó a la boca del otro en un profundo beso, entre ambos con sus lenguas me dejaron bien limpio el pene.
Regresé a casa como en otra dimensión, lo había pasado mucho mejor que en cualquier fiesta de cumpleaños. Me duché y me cambié de ropa. Cerca de las 9 de la noche comenzó la fiesta, regalos, risas, alcohol, a mí aunque cumplía 18 me dejaron probar muy poco.
Cuando terminó la fiesta, ya cansado de bailar y reír por nada con gente que iba  y venía por la casa, me fui a acostar, ya estaba en cama cuando tocaron a la puerta, mi tío entró a despedirse y de paso a despedir a su mujer e hijo que se encontraban en el auto para partir a su casa. Se sentó en la cama, ...