CÓMO ME CONVERTÍ EN UN CORNUDO PENDEJO
Fecha: 09/10/2019,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: Cornudo Pendejo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... calentura cuando, por mi estupidez, la curvilínea novia que me había aceptado con mis carencias se quitó la prenda manchada; traía debajo una de esas playeras de basquetbol con delgadas tiras sobre los hombros, visiblemente más grande que su talla, por lo que la mitad de sus tetas libres de sostén se asomaban pícaras por los costados de la remera. No hice comentario alguno y seguimos platicando, hasta que un brusco movimiento provocó que una de esas chiches se saliera por completo, dando un espectáculo gratuito al resto de las personas que departían en la cafetería. Le indiqué el incidente y, sin apenarse, simplemente la guardó nuevamente, como cuando a alguien se le caen las llaves y las recoge sin el menor reparo. Me seguía preguntando si mi novia era descuidada, exhibicionista, inocente, naturalista o simplemente una puta hecha y derecha.
La relación siguió y nuestros acercamientos, al principio esmerados por parte de ambos para enseñarme a tocarla, se volvieron cada vez más esporádicos. Ninguno de los dos manifestaba un interés real en acercarse muy frecuentemente, aunque las razones eran evidentemente distintas. Yo me avergonzaba de mi ausencia de virilidad y pericia para tratarla, por lo que la excitación que me provocaba su cuerpo salvaje se inhibía de inmediato cuando se calentaba y no encontraba lo que buscaba. Ella obviamente evitaba las aproximaciones eróticas por la frustración que le provocaba estar con un impotente de pene diminuto, que aparte era torpe ...
... para procurarle placer de otras maneras.
Al año de relación ya era casi inexistente nuestro idilio sexual, aunque mi amor por ella seguía creciendo desde el primer día. Quise rejuvenecer una pasión que nunca existió trayendo a la cama dildos, consoladores y vibradores. En un principio era yo quien se los metía por pepa y culo, pero la lastimé varias veces y de manera más grave que con los dedos, dada la morfología de aquellos artilugios. Fue especialmente humillante cuando me percaté de que, por las noches, cuando me quedaba con ella, esperaba a que supuestamente me durmiera para darse placer con aquellas vergas de plástico que tenían más hombría que yo. A los pocos meses, la cínica ni siquiera se molestaba en ocultarlo, penetrándose con aquellos artefactos, incluso, mientras veíamos televisión. Cuando me ofrecía a participar, respondía algo así como: "Mejor sigue viendo la tele". Y las humillaciones no harían más que crecer con el tiempo... y de qué manera.
Empezó a referirse a mi pene como "grano", vocablo que hasta la fecha utiliza. Que yo recuerde, la puta de mi esposa jamás ha utilizado la palabra "verga" o alguna similar para referirse a mi diminuto miembro y yo mismo estoy de acuerdo con eso; decirle "verga" a lo que tengo entre las piernas sería tanto como nombrar automóvil a un cochecito de juguete. Poco a poco dejó de ser cariñosa y comprensiva; se masturbaba delante de mí con aquellos juguetes y me conminaba: "Si quieres, tócate tu grano, pero no te me ...