1. CÓMO ME CONVERTÍ EN UN CORNUDO PENDEJO


    Fecha: 09/10/2019, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: Cornudo Pendejo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... de su primo; me negué, pero su insistencia y la conmiseración de que fuera la única mujer que nadie había sacado a danzar desde que el grupo versátil se apoderó de la tarima me convenció. Una sonrisa enorme se dibujó en el rostro de Georgina, así se llamaba, y taloneamos al ritmo de Sergio el Bailador; como mandan los cánones, nos echamos tres rolas antes de regresar a la mesa, con la sorpresa de que mi novia ya no estaba ahí. Supuse que alguien la habría sacado a bailar y, entre tanta gente, pues resultaba difícil ubicarla.
    
       Luego del bailazo, a la gorda se le soltó la lengua, contándome algo relacionado con una afección de hombros a lo que sólo asentía como un autómata, pues mi mente se preguntaba dónde estaría Paty después de veinte minutos de ausencia; para haber ido a bailar ya era mucho tiempo, por lo que me disculpé y caminé por entre los danzantes que repletaban una enorme pista improvisada de tartán y que me miraban con molestia ante el "compermiso" obligado para abrirme paso entre tanta gente. No la divisé por ningún lado y decidí entrar a la casa, para ver si andaba por ahí, pero sólo me topé con las sirvientas y cocineras que se aprestaban a retirar la inmensa cantidad de platos con restos de comida que todavía quedaban en las mesas.
    
       Cuando estaba a punto de regresar, me topé con el graduado, quien me comentó que había visto a mi novia subir al salón de juegos con su papá, indicándome amablemente dónde estaba y asegurándome que podía subir a ...
    ... buscarla. Así lo hice por la curveada escalera que llevaba al segundo piso, recordando las indicaciones del primo, pues la casa era verdaderamente grande. Cuando me aproximaba al sitio donde debía estar el salón, escuché claramente la voz del amor de mi vida, pero no con palabras, sino con gemidos ahogados, como queriéndolos silenciar sin éxito. Me apresuré a la habitación desde donde se escuchaban aquellos pujidos y mi sorpresa fue enorme por lo que presencié al abrir la puerta...
    
       De frente, mi novia tenía la falda subida hasta la cintura, dejando a mi vista su depilado monte de venus, pues el hilo dental simplemente había desaparecido; no estaba precisamente empinada, pero sí inclinada hacia adelante, con sus enormes nalgotas desnudas prácticamente en la cara del tío Alfonso, quien sentado en un mullido sillón, sostenía cada una de las cachas del culo de mi mujer y podría jurar, aunque no lo veía porque el propio cuerpo de ella me lo impedía, que lamía con deleite la raja de la cola de su sobrina.
    
       - ¿Qué haces aquí? -, me cuestionó enfadada la que en ese momento daba toda la impresión de ser una infiel incestuosa, al mismo tiempo que se separaba de la cara de Don Alfonso y éste soltaba ese voluminoso trasero de sus manos levantándose del sillón con mirada retadora.
    
       - ¿Qué haces tú aquí? -, le respondí, con el derecho que me daba ser el aparentemente cornudo que encontraba en penosa situación a su amada. Ella balbuceó el inicio de una explicación que el sesentón ...
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