CÓMO ME CONVERTÍ EN UN CORNUDO PENDEJO
Fecha: 09/10/2019,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: Cornudo Pendejo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... hermosura encumbraba aun más su abnegación, al resignarse a no dar a nadie más el cuerpo que tantos deseaban, y conformarse con el placer que le brindaban aquellas vergas de plástico que yo le compraba como sustitutos eróticos de sus ganas cachondas y que estaba dispuesto a adquirir viajando, incluso, a otros países.
Le pediría matrimonio y si teníamos que volvernos expertos en el uso y abuso de aquellas vergas artificiales para que ella fuera feliz, estaría al tanto de las novedades y avances tecnológicos, para que no extrañara la carne de la verga y los huevos de un hombre de verdad, sustituyendo el derrame de la leche de macho por sus propios jugos que le escurrían por las piernas cuando se masturbaba con esos vibradores de todas formas y tamaños. Reconozco que resultaba un poco humillante salir a comprar pilas en la madrugada, para que mi novia pudiera llegar al clímax con esos pitos artificiales que eran más varoniles que yo. Sí, soy tan poco hombre que hasta una verga de plástico tiene más virilidad que mi grano ridículo.
Compré un nuevo consolador en la sex shop más cara de la Zona Rosa, la misma a la que acudía constantemente para saciar los ímpetus de mi fiel amada y en la que la dependienta juraba, después de tantas vergas artificiales que había comprado, que atendía más a un puto goloso que a un novio dedicado. Sería mi regalo junto con el anillo de compromiso que nos uniría para siempre; festejar luego de una cara cena en el último piso del hotel ...
... Century, donde los violines de Villa Fontana serían el perfecto marco para nuestro compromiso eterno, medio ebrios refugiarnos en la suite que había alquilado, para verla gozar con ese nuevo amante de látex, acompañando la escena con la consabida frotación de mi grano viendo subir y bajar ese enorme culo que sería mío por toda la eternidad, aunque no pudiera usarlo.
Planee todo para la noche de un viernes de verano; la habitación, los violines, el pene rosado de aspecto muy natural y un anillo en oferta de la joyería Crystal, oro de catorce quilates con un pequeñísimo brillante que simbolizaría mi eterno amor por aquella dama y nos uniría para siempre en matrimonio. Total... ¿qué importa el sexo cuando hay tanto amor entre dos seres? Le pedí que llegara al restaurante a las nueve de la noche; desde luego, arribé antes al hotel, llené de rojos pétalos de rosa la cama de la suite, con aquella verga de imponente cabeza y hasta un par de tanates del mismo color rosado al centro de un corazón dibujado en la cama. Como perfecto acompañamiento, una botella de champán lista para la ocasión y algunas velas para mejorar el ambiente romántico que nos circundaría.
Alquilé un esmoquin para la ocasión, lo cual le sorprendió al verme llegar a la mesa reservada del restaurante, pues nunca me había visto tan elegante. "¿Y eso?", me preguntó antes de sentarme, a lo que no respondí, haciéndome pendejo mientras me quitaba el saco. Su risa nerviosa presentía lo que seguía a continuación, ...