MI JEFE HACE CONMIGO LO QUE QUIERE - Relatos Eróticos

MI JEFE HACE CONMIGO LO QUE QUIERE

... departamento con una mujer desconocida y ebria como yo teniendo sexo.
El calor era insoportable, pleno verano, así es que me saqué la camiseta, quedando con el torso desnudo y en pantalón corto, se me hacía eterno el ir y venir entrando cajas y ordenándolas. Estaba en ello cuando el jefe llega, mira mi trabajo y dice.- Has avanzado bien poco.- Me dieron ganas de abalanzarme contra él y golpearlo hasta dejarlo inconsciente, sin embargo no dije nada, y seguí yendo y viniendo con las cajas.
Él tenía un vaso de licor en su mano y en la otra un puro, miraba el reloj, yo iba lo más rápido que podía traía las cajas las ponía en su lugar y vuelta a lo mismo, hasta que por fin terminé, estaba cansado, exhausto, la frente perlada por el sudor. Casi sin aliento dije.- Esta ha sido la última.- Don Martín se acercó exclamando.- Por fin!, luego se acercó a mi y con un gesto que nunca esperé de él tendió la mano con el vaso de licor ofreciéndome de beber, en primer instancia pensé en rechazar, no vaya a ser que me tome por un alcohólico ahora, pero acepté y sorbí un poco de licor era wisky, me ardió la garganta. Don Martín seguía ahí de pie frente a mí me miraba, me sentí incómodo, quería ir a darme una ducha para salir lo más pronto posible de allí. No se muy bien como, pero en un segundo tenía a Don Martín apretando mi cuerpo contra la pared, me tocaba por todos lados, mordía mis tetillas, besaba mi cuello, en un abrir y cerrar de ojos bajó mi pantalón corto, se arrodilló y comenzó a ...

... chupar mi pene. No podía creerlo, no sabía que hacer, estaba abusando de mí, sin embargo mi pene reaccionaba ante la deliciosa chupada que me estaba dando el hombre. Estaba desnudo a su disposición, me sentía avergonzado, usado, quería huir de allí, tal vez golpearlo y salir corriendo, pensé incluso en matarlo, pero habían dos cosas que me detenían, la primera es que mi cuerpo estaba separado de mi mente y respondía a las caricias de ese hombre, mi pene estaba completamente erecto y el líquido preseminal chorreaba hasta el suelo, por otro lado si hacía algo sabía que el despido sería inmediato y si lo denunciaba, como era la justicia con los pobres llevaba todas las de perder. Don Martín me abrió las nalgas con sus manos y sentí su lengua hundirse allí,  sentí un escalofrío recorrerme entero, que placer más grande! nunca había experimentado una situación como aquella. Era un bruto, gemía como animal, mordía mi cuello, mis orejas, me tiraba del pelo. Buscó mi boca para besarme, yo traté de impedirlo, pero no puede mi cuerpo era algo ajeno a mis pensamientos. Nos besamos, su lengua y la mía se unieron con desesperación, estábamos abrazados, él tomó mis manos y las puso en su pene, jamás había tenido la verga de otro hombre en mis manos, estaba muy dura, grande y gruesa mojada, no pude evitar gemir y buscar yo su boca ahora, me desconocía qué pasaba conmigo. 
Los dos completamente desnudos nos acariciábamos, nos besábamos con ansias, yo no soltaba la verga de Don Martín, en mi ...