MI PRIMER HOMBRE - Relatos Eróticos

MI PRIMER HOMBRE

... pudiste subir este cerro puedes hacer muchas cosas más.- Y toma su pene mirándome, lo acaricia con su mano dejando al descubierto la cabeza roja, grande, brillosa. 
Nos despedimos en silencio, cuando me acosté me costó mucho para conciliar el sueño, no entendía la actitud de Francisco, pero estaba lleno de curiosidad, qué había pasado allá arriba? 
El resto de la semana fue tranquilo, y el viernes por la noche salí con una amiga con la que terminé en un motel, no me gustaba mucho llevar mujeres a mi casa, fue un buen polvo, mi amiga se corrió dos veces y yo también. Por la madrugada llegué a casa, me  tiré sobre la cama, pero mi mente estaba pegada con la situación vivida en aquel cerro con Francisco, me quedé dormido pensando en ello. 
Estaba por almorzar cuando recibí una llamada telefónica, era Francisco, me preguntó que hacía, le conté que estaba por almorzar, sin mediar palabra se hizo el invitado diciendo.- voy para tu casa y comemos juntos.- No tuve tiempo a decirle que no, felizmente alcanzaba bien la comida para ambos. Llegó a casa, vestía ropa de verano dejando ver su pecho poblado de vellos y sus piernas también cubiertas de vello. Nos sentamos a conversar un rato y luego pasamos a la mesa, conversábamos de todo un poco, de sus proyectos, de su novia, era muy bueno para hablar debo decir, por momentos me mareaba un poco. Cuando terminamos de comer, nos tomamos un café y luego llevé la loza a la cocina y comencé a lavar los trastos mientras él me hablaba desde ...

... la otra habitación. En un momento determinado entró a la cocina y seguimos la conversa, pero mi cocina no es muy grande por lo que al intentar guardar los trastos nuestros cuerpo quedaban muy juntos, pensé en dejar los demás ahí, guardarlos más tarde para evitar cualquiera situación incómoda, sin embargo él me dice.- termina de guardar no más, no hay problema.- me sonrojé, sin embargo le hice caso y coloqué los últimos trastos en la parte de arriba del mueble de cocina, estaba de espalda a Francisco, en el momento en que cerré el mueble, siento sus manos abrazándome, me quedé paralizado, sin moverme. Francisco comenzó a acariciar mi cuerpo, yo temblaba, no me salían las palabras, era una situación muy rara, muy extrema. Me sacó la camisa mientras apretaba mis tetillas, luego me sacó el pantalón, quise detenerlo, hacerle notar que no era normal aquella situación, pero mi cuerpo no respondía a los dictados de mi cerebro. Estaba desnudo en mi cocina mientras un hombre me acaricia entero, si me lo cuentan no lo creo!! Francisco me hace separar un poco las piernas, besando mi espalda noto que baja por mi parte trasera, su lengua deja un hilo de saliva en mi espalda, la siento húmeda, luego siento su boca besar mis nalgas, me estremezco, mi trasero jamás había sido besado, ni una mujer en toda mi vida había estado en esa parte de mi cuerpo, sólo caricias, pero nada más. Con sus manos separa mis nalgas, me vuelve a besar cada una de mis nalgas, y luego siento la humedad de su lengua ...