De cancaneo (cruising), en la ciudad.
Fecha: 15/12/2019,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... paseo del parrote, o avenida de la dársena; nos vería sin ninguna dificultad, ya que no había nada delante que nos pudiera servir de refugio de las miradas. Incluso no sabía si había vigilantes en el barco o en aquellos astilleros artesanales.
Parecía un lobo con su presa tierna y jovencita, al que no daba tregua.
Ya me tenía con los pantalones y slip por los tobillos, cuando empezó a abrazarme, agarrar mi polla y huevos, mientras con su boca buscaba la mía, cosa que consiguió, metiendo su lengua en mi boca saboreando mi lengua, morderme los labios, luego seguir por la cara, orejas y cuello, hasta hacerme gemir.
¡Dios! No me daba tregua, yo estaba todo nervioso mirando para todas partes. Estaba como un flan, y una excitación que me hacía temblar las piernas.
Aquí no, aquí nos pueden ver, le decía yo.
Calla, calla, me susurraba él, mientras no paraba de abrazarme, metiéndome mano por todas partes. Tranquilo, que por aquí no pasa nadie, me decía sin soltar su presa. Cuando empezó a acariciar mi polla, bajando la piel del prepucio, mientras me seguía hablando, ¡ooohhh Que bueno estás! Tu tranquilo, ya verás que aquí no nos van a molestar.
Cuando de pronto empezó a subirme la camisa hasta el cuello, mientras entre jadeos me decía, ¡ooohhh putito que bueno estás! Que culito y pezoncitos tienes, ¡ufff! Que duritos los tienes, mientras con su mano, me pellizcaba los pezones, ¡ooohhh que cosita más rica!
Mientras tanto yo con los nervios y el ...
... tembleque que tenía, le fui sacando la polla del pantalón para empezar a acariciarla, bajando la piel del prepucio y sobarle los huevos. Le bajé un poco el pantalón y slip, cuando él me sujetó la mano y me dijo, deja que, si no me voy a correr, y quiero disfrutar de este culito tan rico que tienes.
¡Bufff! Putito, me tienes a mil, joder que bueno estás.
Empezó a meterme un dedo en el culo mientras con su boca iba mordiendo el cuello, para ir bajando hasta mi polla, y meterla en la boca. ¡Ohhh! ¡ooohhh ohhh! Suspiré mientras agarraba su cabeza para apoyarme ya que temblaba como un corderito cuando acaba de nacer. Notar aquella húmeda boca chupar mi polla y su dedo entrando en mi ano abriendo mi culito, me había dado un inmenso placer, haciéndome temblar aún más y que abriera más las piernas.
Vamos para otro sitio le pedía yo, mientras suspiraba del gusto que me estaba haciendo sentir, ¡ooohhh ohhh! Gemía agarrado a su cabeza sin que mis piernas dejaran de temblar.
Aquí nos pueden ver, le decía.
Pero él no estaba dispuesto a soltar aquella presa, era como un lobo con su presa en la boca, y no había manera de hacerle soltar aquella presa; un jovencito caliente y excitado, listo para ser follado y por encima estaba para comerlo todo. Que culito tenía, era un culito divino. Aquella presa no se le iba escapar, por supuesto que no.
Y por supuesto que no me escapé de aquel lobo que estaba dispuesto a comerme, y que ya estaba de vuelta de la vida.
...