El hijo del Mayoral - Relatos Eróticos

El hijo del Mayoral

... lo mismo? O de plano ¿Ya hice el ridículo contigo? .. pues me armé de valor y le respondí; todo eso que sientes por mi, yo igual lo siento desde el primer día, y no solo me gustas, yo estoy enamorado de ti Santiago y si no lo dije antes fue porqué soy un pensé que tú me veías como un mocoso más, incluso pensé que te gustaban las mujeres y mil marañas más que hize en mi cabeza. Callamos nuevamente y sin más caminamos al campo a jugar... Toda la tarde miradas de complicidad fueron lo más, cada que podíamos una sonrisa y a seguir jugando y así hasta el final del juego. Poco a poco todos se fueron retirando, incluso mi primo que por algún motivo ni adiós dijo, solo le lanzó una mirada de "suerte" a Santiago, por el contrario Santiago y yo nos sentamos en el campo a seguir hablando de nosotros, el quería escuchar una y otra vez de mi voz, como fué que me fijé en él, desde cuándo, de que pensaba yo de él, que si en verdad yo quería tener alguna relación con él y así... Mucha fue la plática y sin darnos cuenta, la noche era había caído, noche fría por ser de invierno, también muy obscura por ser muy nublada. De pronto me dice, tengo ganas de besarte ¿Quieres tú? Le respondí que sí ... Ese fue mi primer beso, del que todos hablan, ese que es un hito, ese que muchos describen como el mejor, el peor para muchos otros: yo solo puedo decir que no he tenido una mejor sensación en mi vida hasta hoy, hoy que tengo 39 años. De ese beso pasó a las caricias, de las caricias a algo más, yo ...

... sentía que hervía, mis orejas estallaban y mis manos no podían tener tranquilidad, se movían naturalmente explorando cada parte del hermoso cuerpo que hacía ya meses era el objeto de mis más pasionales deseos. Sentir esos hermosos brazos, ese pecho fuerte, esas piernas hermosas y ese abdomen, era como tocar el cielo, una sensación que ni en mi más grande sueño hubiera podido vislumbrar.  Por su parte él hacía temblar todo mi cuerpo, sentir sus enormes manos, raspozas por el trabajo duro en el rancho pero con esa sutileza que solo el amor puede darle a esas extremidades que necesitan demostrar mediante una caricia, todo el sentimiento que se tiene para entregar en un momento a otro ser.   En un momento de lucidez y con cabeza fría todo paró, me dijo que debíamos irnos y que no sería ahí nuestra primera vez. Que lo nuestro merecía un lugar especial para poder hacernos el amor por primera vez. Ya sabrán las hormonas de un quinceañero, yo le pedía que no me dejara así, que yo lo deseaba con todo mi cuerpo y que no me importaba el lugar, pero el no accedió y me pidió irnos. Y bueno tuve que acceder, me puse de pie con su ayuda, me dió un beso nuevamente, yo no perdí la oportunidad de abrazarlo y juntar nuevamente nosotros cuerpos y porqué no, bajar mi mano hasta sus partes íntimas. Tooodooosss presumen de tener en su primera vez el pene más grande del mundo, muchos dirán la verdad, muchos solo inventarán lo que hubieran deseado tener, pues yo lo único que puedo decirles, no tengo ...