1. El jaripeo.


    Fecha: 24/12/2019, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... nunca, ni siquiera cuando te confiesas con el padre de la iglesia- y de pronto de me ocurre preguntarle - Ya hiciste la primera comunión?- y me contesta
    -No, que hasta el día del niño Dios-
    -Ahí está, para que veas, si cochas con alguien ahorita sólo cometes pecado venial, de esos que no es necesario confesar-
    Ya con ojos más brillantes me pregunta -y tu te dejarías?-
    -Claro!, pero si tu también-
    -Duele?-
    -Pos al principio si pero luego ya se siente sabroso-
    -Sabroso?, se tiene que meter en la boca?-
    -Si quieres, también se puede con la boca, sólo es meterla y ya, yo te digo como-
    -Pero donde?- me pregunta ya con más interés que curiosidad.
    -Yo tengo un escondite donde nadie podrá vernos, si quieres en la tarde en la última llamada al Rosario, ahí en la puerta de la sacristía-
    -Orale- y en cuanto lo dijo, sin más, se hecha a correr.
    El escondite, que por cierto nunca había usado para esos menesteres, pero que descubrí cuando en un domingo a las 12 del día, subí con otros más, a repicar las campanas anunciando el Angelus. La puerta del campanario era de madera vieja y se abría hacia adentro. También había un palo grueso que se quedaba adentro que, hasta tiempo después, supe que servía para lo mismo que yo lo iba a usar.
    Desde antes de la última llamada al Rosario ya estaba esperando al “grillo”, cuando llegó, nos quedamos esperando hasta que oímos que empezaron a cantar dentro de la Iglesia. Como de rayo lo tome de la mano y corrimos unos metros a la puerta ...
    ... abierta del campanario, luego de meternos, tome la tranca y se la puse a la puerta. Él ya estaba sentado en uno de los escalones y yo quedé parado en uno o dos más abajo
    -Y ora qué?- me dijo susurrando y aun jadeando, a la vez que yo me bajaba los pantalones y le dije que lo agarrara con la mano, como que ya sabía de lo que se trataba, lo agarró y lo apretó levemente, luego de que varias hizo lo mismo, me dijo.
    -Está creciendo-
    Le retire la mano y sosteniendo mi verga con una mano y su cabeza con la otra se la puse en los labios y él sin más, la abrió y se le metió el sólo con un movimiento hacia mí y siguieron otros más hasta que sentí que ya estaba durito. Se lo saqué de la boca y le dije que se volteara y se bajara los pantalones. Puse un poco de saliva en su culo u otro tanto en mi verga y empecé a picotear suavemente, sintiendo como en cada leve arremetida se iba metiendo más y más y oyendo sus pequeños pujidos. Cuando sentí que ya había entrado la cabeza le pregunté.
    -Te duele?- 
    -Un poco-
    -Te gusta?-
    -Siiii-
    -Quieres que te lo meta más?-
    -Siiii-
    Empujé suave pero consistente y mis casi 10 centímetros de fueron hasta dentro, lo retiré suavemente también y lo metí con un poco más de fuerza, repetí los movimientos una y otra vez y en cada empujón, “el grillo” emitía unos gemidos que eran más de placer que de dolor. En realidad, no había motivo para sufrir, mi verga nunca fue ni ha sido nada del otro mundo. Si actualmente sólo llega a crecer 15 o 16 centímetros, a esa ...