La vecina... - Relatos Eróticos

La vecina...

... le dije que sí casi automáticamente porque aún me encontraba estupefacto por todo lo que me había contado, se levantó del sillón en el que nos encontrabamos sentados y fue a su habitación por unas sandalias para mí, me dijo que me las pusiera y eso hice, después me dirigí a su baño como dándole la espalda porque mi verga estaba muy erecta y no quería que se diera cuenta por pena. Una vez que me encontré en el baño, procedí a quitarme la ropa y justo cuando estaba completamente desnudo voltie hacía la puerta y vi que estaba entre abierta, me quedé pensando en si yo la había dejado así por descuido o ella había estado espiandome, en fin, cerré la puerta pero no le puse el seguro, después me metí a la bañera y note que mi pene no bajaba, seguía como una esfinge, cuando termine de bañarme le pregunté si podía ocupar la toalla azúl que colgada de la pared y ella respondió que no había problema, después salí del baño y ella se encontraba sentada frente al televisor con un short muy pequeño, que dejaba lucir sus piernas blancas y gruesas, hicimos contacto visual y me di cuenta que bajo la mirara hasta la altura de mi pene y se quedó viéndolo, yo me olvidé de ese detalle por un momento y cuando yo también baje la mirada noté que se veía levantada la toalla por esa parte, ella se levantó en seguida del sillón y se inclino para levantar un tapete dejándome ver sus ricas nalgas, y me lo puso a mis pies, se levantó lentamente y fue en ese momento en que dije; es ahora o nunca!!! Y en ...

... milésimas de segundo la tomé de la cintura y la bese en el cuello, ella me abrazó y quiso alejarme de ella pero creó que también te estaba muy cachonda y no tardó más de unos segundo que dejó de luchar contra mí para dejarse llevar por la lujuria que sentíamos ambos, parados justo frente a la puerta del baño. La bese en la boca, en el cuello y luego baje hasta sus pechos para darle unas lamidas a esos que ricos y duros pezones, luego de un momento ella empezó a gemir muy suavecito y se aferró a mi cabeza contra su pecho y me pidió que la mordiera por favor, yo obedecí y empecé a morder sus pezones, en ese momento gemió un poco más fuerte y tomó con ambas manos mi pene que para entonces sentía que estaba a punto de explotarle en sus palmas, y empezó a acariciarme, era tanta mi excitación en ese momento que pensé que me iba a venir en ese precisó momento así que  me levanté y con firmeza la aventé contra la pared y ella solita me paro ese culo redondito y en un santiamén baje su shorts y me sorprendió al ver qué no traía ropa interior, metí mi mano por entre su culo y estaba empapado, olía a vagina de mujer madura (nosé si me entiendan pero es que las vaginas de las jovencitas y de las señoras huelen diferente) y con la otra mano dirigí mi verga hasta su vagina y la enterré en ella con fuerza y sin vacilar, ella hizo un fuerte sonido que aún recuerdo en este momento y me pone el pene duro, una vez que se la metí me quedé ahí un par de segundos para disfrutar de ese calor y esa ...