1. El paciente


    Fecha: 21/11/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... capacidad, como abre mi boca y no hay espacio para nada mas, sigo metiendo mi dedo en su culo, quiero que se venga, hasta que al fin siento su cuerpo tensarse, y un gemido grueso que asemeja un rugido sale de su garganta, con sus manos me empuja la cabeza hacia él clavándose mas en mi boca, descargando ríos de semen en mi garganta que me dejan sin respirar, lentamente aflojo y saco su verga de la prisión de mi boca. Mi dedo aún está en su ano, lo deslizo suavemente hacia afuera y lo dejo descansar, mientras con la lengua recojo las gotas de semen que aún escurren de su verga.
    
    Miro su rostro, sus ojos cerrados, parece dormir… pero no, hoy no voy a confiarme, sabe mentir muy bien.
    
    Me levanto lentamente, y le deposito un suave beso en los labios, al cual responde con cierta pereza. Al retirarme de su lado, me toma de la mano y me pregunta
    
    - A donde vas?
    
    - A la cocina, te prepararé algo de cenar
    
    Me suelta, y se queda descansando en el sillón, lo miro y no puedo creer que tenga a un hombre en mi casa. Voy a la cocina y le preparo un café, una ensalada, un bistec asado.
    
    Estoy en eso, cuando siento sus manos en mi cintura, que suben a mis pechos aprisionándolos, ahora ya no brinco sobresaltada, parece que me estoy acostumbrando, solo me pego mimosa a su cuerpo, y froto mis nalgas en su verga que aún duerme. Le pregunto
    
    - Tienes hambre?
    
    - Si, un poco
    
    - Ven, siéntate, Te sirvo de cenar
    
    y empezamos a platicar lo esencial, quienes somos, a que nos ...
    ... dedicamos. Las verduras aún están en la mesa, las que no utilicé para su cena. Sentada a su lado solo con su camisa puesta me pregunta
    
    - Porqué me tocaste esa noche?
    
    - No lo sé, te vi en la cama, y me sentí atraída hacia ti
    
    - Me gustan tus nalgas
    
    - Y a mi tus labios
    
    - Quieres que te coja otra vez?
    
    - Si, pero creo que tu amigo, aún necesita descansar
    
    - Hay otras opciones
    
    - Si, ya lo sé, tus manos, tu boca
    
    Se acerca a mi, y me besa
    
    - También hay “otras” opciones
    
    - Ha si?, a que te refieres?
    
    Sin decirme mas me acerca a él, me besa, abre la camisa y vuelve a besar mis pechos, los muerde los chupa, y descubre que esa es mi debilidad pues me hace gemir intensamente y me transforma, mete su mano entre mis piernas y descubre que ya estoy mojándome otra vez. Me sienta en la mesa y separa mis piernas, toma una zanahoria que aún está en la mesa y la mete con fuerza en mi vagina, yo dejo escapar un grito de placer y de asombro, él sonríe con un brillo especial en su mirada:
    
    - Te gusta putita?
    
    - Mas, dame mas
    
    Con la zanahoria en su mano, me coge una y otra vez, no sé que me excita mas, si el hecho de saber que es un objeto comestible lo que mete en mi, o el verlo hacer de mi lo que le gusta, con ese brillo de perversión en su mirada, sabiendo que también lo disfruto, pues no me opongo, y la respuesta de mi cuerpo es mas que evidente. Me hace gemir nuevamente como una puta, como a su puta, muerde mis pechos, me deja marcas en ellos, y yo soy feliz ...
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