1. El curita me vuelve dar por el culo.


    Fecha: 21/01/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... habíamos dejado toda la ropa allí esparcida.
    
       Quédate así, me dijo, no te vistas que voy a buscar algo para beber y quiero tenerte así desnudito, me dijo mientras iba a buscar de beber. 
       ¿tú quieres cerveza, o prefieres otra cosa? Me dijo mientras abría la puerta. 
       Cerveza está bien, le contesté.
    
        Apareció de nuevo el curita con 2 cervezas y 2 vasos, me pasó una cerveza y baso, y llenando este de cerveza, le di un trago dejando luego ambos en la mesita que había.
       El curita, haciendo lo mismo que yo, terminó sentándose en el sofá a mi costado izquierdo. 
       ¿Tienes frío? Me preguntó, echando su brazo sobre mis hombros, y arrimándome a su pecho.
       Bueno, algo de frío sí tengo, le contesté; y es que me estaba empezando a coger un poco el frío, al estar así desnudo, y de vez en cuando me daban escalofríos.
    
        Ven me dijo, abrazándome más sobre su pecho. Vamos a terminar las cervezas y vamos para la cama, que allí estaremos más calentitos, me susurraba al oído.
        Mientras me abrazaba sobre su pecho, me lamía y mordisqueaba la oreja, luego el cuello y hombro, mientras sus manos jugaban con mi polla, huevos y me pellizcaba los pezones.
       Mientras tanto yo, acariciaba su espalda, y jugaba con su polla, que seguía hinchada y tiesa. Le subía y bajaba la piel, dejando su glande al descubierto, y le acariciaba y manoseaba los huevos.
    
        Te gusta la polla, eh mariconcito. Estás hecho toda una nenita, pero una nenita muy guapa, y con un culito muy ...
    ... rico y apetecible. Eres toda una perversión, Dani, me susurraba al oído el curita, sin dejar de magrearme y abrazarme sobre su pecho.
    
        Cuando terminamos de beber las cervezas, yo ya volvía a estar caliente, y con más ganas de que el curita me volviera a ensartar en el culo aquella foronga que se gastaba, y que no había dejado de estar hinchada y tiesa. Ahora además de hinchada y tiesa a más no poder, se mostraba el glande colorado cómo si de un tomate se tratara.
    
        Ven me dijo el cura, levantándose del sofá a la vez que tiraba por mí, cogiéndome del brazo. Vamos para la cama, que allí estaremos más cómodos.
    
        Me llevó a la habitación donde estaba su cama, y después de abrirla, me tumbó sobre ella, quedándome boca arriba.
       Me levantó las piernas haciendo que las encogiera, y quedándome abierto y expuesto mi culo y polla a su entera disposición, llevó su boca a mi pobre polla, y después de darle una buena chupada, siguió lamiéndome los huevos hasta llegar a mi esfínter. Allí empezó a lamerme y intentar introducirme su lengua en mi ano, haciendo que yo gimiera cómo si de una gatita en celo se tratara.
       ¡Ahhh! ¡ahhh! ¡ay ay ay! Gemía y gritaba yo, mientras el curita lamía mi esfínter y trataba de introducir su lengua. Con mis manos agarraba la cabeza del cura, y sin dejar de gemir y dar grititos, me iba retorciendo de gusto.
    
       ¿Te gusta lo que te hago, eh Dani? ¿Te gusta, pedazo de maricón?
       Claro que te gusta, te retuerces de gusto y gimes cómo una ...
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