MI SOBRINITA ME VIOLÓ - Relatos Eróticos

MI SOBRINITA ME VIOLÓ

Desperté de mi pequeña siesta veraniega oyendo el ruido de la ducha de mi baño. Cómo solo estábamos en el apartamento mi sobrinita Claudia y yo, me levanté por si necesitaba ayuda, me puse un bañador tipo slip mediano y entré en el baño. La madre de Claudia, mi hermana Elena, siempre le decía que cuando no estuviese en casa sola, se duchara  con las braguitas que le habían comprado para ir a la playa. Pero la muy hija de mi hermana estaba como le gustaba, totalmente desnuda, y en ese momento, el agua le estaba cayendo encima de su cuerpo para quitarle el jabón.

Los dos nos miramos fijamente, pero en su carita se dibujaba una pícara sonrisa y la mía era de desconcierto. Aunque la había visto muchísimas veces desnuda y habíamos jugado desnudos los dos, su cuerpo era ya muy deseable y eso es lo que me daba miedo. Iba a darme la vuelta y salir de allí, cuando de repente mi sobrinita me llama y me dice:

-Tío Paco ¿no vas a secarme? Lo has estado haciendo muchos años ¿no me secas ahora?

Viendo su sonrisa y cómo desconectaba la ducha para secarse y teniendo yo la toalla al alcance de mi mano, me acerqué a mi sobrinita, puse la toalla sobre su cuerpo adolescente y empecé a secarla dándole unos masajes con mis manos. El problema es que ya no era tan niña y al pasar mis manos por ciertas partes de su cuerpo y tocar sus pequeñas curvas, me empalmé y tuve una ganas locas de clavársela hasta el fondo.

Mi sobrinita notó mi turbación, se aproximó a mí y me abrazó mientras me ...

... decía:

-Déjame bien seca tío. No te dejes nada por secar. ¿Te acuerdas cuando me secabas toda y jugábamos luego los dos en la cama y me besabas en todo mi cuerpo? Siento unas ganas enormes de jugar contigo sin parar.

-Si cariño, me acuerdo, pero ahora eres más mayor y a las niñas de tu edad les gusta la intimidad, no les gusta que las vean desnudas en el baño, no les gusta que vean como les van creciendo las tetitas y no les gusta que vean como les van saliendo los pelos alrededor de la vagina.

-Pero a mí sí que me gusta que me veas tú, que me acaricies tú, que me beses tú ¿te acuerdas cuando me decías que cuando yo fuese mayor tú te casarías conmigo y yo te decía que quería tener muchos hijos contigo? Pues sigo pensando en lo mismo y a ti te gusto yo, porque ahora tienes la polla dura, y seguro que la tienes dura pensando en mí.

Y la muy hija de mi hermana tenía razón. Deseaba a mi sobrina como deseé a su madre. Y en unos pocos segundos pasó por mi cabeza cómo hace solo unos pocos años, cuando mi hermana solo tenía un año más que actualmente mi sobrinita, penetré a mi hermana por primera vez y luego cada día, año tras año, y ahora, a sus 29 años, la seguía follando con el mismo cariño, pasión y deseo. Incluso siempre he pensado en la posibilidad que mi sobrina no sea realmente mi sobrina, sino mi hija. Pero han penetrado en mi hermana tantas pollas y llenada de tantos litros de semen, que ni ella lo sabe.

Mi hermana, casi a los 15 años, se olvidó de la vida moral ...