1. El vagabundo y su dama 2.


    Fecha: 29/01/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... su polla de mi culo, me dijo que me quedara así. Espera que te voy a quitar el pantalón para que no nos moleste. Se agachó y levantándome una pierna, sacó el zapato tirando por el pantalón y slip. Luego hizo lo mismo con la otra pierna, sacándome por completo ambas prendas. Hizo lo mismo con sus zapatos, quitándose por completo la ropa.
       Ahora volvió a colocarse en medio de mis piernas, haciéndome abrirlas más. Apoyó la punta de la polla sobre mi agujerito, y tirando por mis caderas, dio una culeada metiendo de una estocada toda su polla dentro de mi culo.
       ¡Ohhh! ¡ooohhh! Suspiré al notar su polla dentro mía.
       Así, ¡ooohhh! Así, así, gritaba el vagabundo empezando a culearme.
       ¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Decía sin dejar de culearme.
       ¡Ohhh mi damita! ¡ohhh que rico! ¡ooohhh que rico se siente! Decía el vagabundo metiendo y sacando su polla en mi culo, teniéndome recostado sobre aquella mesa, y a él sobre mí. Metía y sacaba su polla moviendo sus caderas, a la vez que se recostaba sobre mi espalda y mordía y lamía mi nuca.
    
       Notaba su pecho sobre mi espalda, su boca mordiéndome la nuca, el bello púbico pegado a mi culo haciéndome cosquillas cada vez que impulsaba su pelvis, haciendo que su polla fuese entrando y saliendo de mi culo, incrustándose cada vez más profundamente en mi ano.
       ¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh cómo me gustaba aquello! Que sensación más rica notar su pubis pegado en mi culo cómo empujaba, haciendo que su polla fuese abriendo mi culo ...
    ... e introduciéndose en él.
      
       Se escuchaban nuestros gemidos, y el chof chof chof, chof chof chof, de su polla al entrar golpeando su pelvis mi culito. 
    
       Yo mordiéndome los labios por el gusto que estaba sintiendo, levantaba más mi culo poniéndome de puntillas mientras seguía recostado sobre la mesa, para que su polla me entrara cada vez más.
       Notaba cómo su polla rozaba mi próstata, causándome un gran placer, haciendo que mi polla no dejara de gotear semen.
       ¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh dios mío que gusto! Gemía mordiéndome los labios y levantando todo lo que podía el culito, notando cómo entraba la polla del vagabundo y me daba por el culo.
    
       Se escuchaba el sonido acompasado que sonaba, chof, chof chof chof, chof, chof chof chof, chof, chof chof chof, al entrar la polla del vagabundo en mi culo, y a su pelvis golpear mi culito.
    
       Allí estaba yo, recostado sobre una vieja mesa, siendo follado por un vagabundo, delirando de placer y escuchando los gemidos y aquella armoniosa melodía que hacía su polla al entrar en mí, abriéndome el culo.
    
       Hasta que los gritos del vagabundo rompieron aquella armonía. ¡Me voy a correr! ¡ohhh mi damita! ¡me voy a correr! ¡ya, ya me corro! ¡ooohhh me corro! ¡me corro! ¡ooohhh me corro! Gritaba enterrándome más la polla en mi culo. 
        Noté cómo su polla se hinchaba más en mi culo, y empezaba a soltar varios trallazos de semen, dejándolos en lo más hondo de mis entrañas.
    
       ¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que ...
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