1. El ciruelo del viejo de la muleta.


    Fecha: 10/03/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91 , Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... de pared. A la izquierda y enfrente de los urinarios, quedaban los habitáculos o retretes. 
       No había nadie en los urinarios, por lo que me coloqué en el último de ellos. En los retretes, no parecía haber nadie tampoco, solo en el primero de ellos, no sabía si había alguien, ya que la puerta no estaba abierta de todo como los demás.
    
       Me situé en el urinario, desabroche el pantalón como solía hacerlo, suelo usar pantalones tejanos Levi’s, y como estos tienen botones en lugar de cremallera, siempre aflojó el cinturón para así sacar la polla más cómodamente, desabrochándome todos los botones. Tiene el inconveniente de que cualquiera que te tire por el pantalón, este te cae inmediatamente, quedando totalmente expuesto. Pues así lo hice como suelo hacerlo siempre, y nada más sacar la polla para ponerme a hacer que meaba, entró un hombre de unos 30 a 40 años. Este al verme se quedó en el lavabo, abrió el grifo, poniéndose a lavar las manos. 
       Los 2 nos mirábamos disimuladamente, cuando de pronto se abrió por completo la puerta del primer retrete, saliendo un viejo de aproximadamente 60 años, con una muleta y el pantalón abierto por la pitrina, por donde se asomaba un tremendo cipote. 
       ¡Joder! Menudo ciruelo que se gastaba el viejo de la muleta, y había salido tan pancho del retrete, igualito que si aquello fuera su casa. 
       Se colocó en el primer urinario, apoyó la muleta en la pared, justo al lado izquierdo, y exhibiendo el ciruelo que le colgaba, miró para el ...
    ... hombre que lavaba las manos, luego giró la cabeza mirando para mí. En ese momento me sorprendió mirándolo con asombro en mi cara. Vio que me ponía colorado, y que mis ojos iban de su cara hacia aquel ciruelo que le colgaba.
       Esbozó una sonrisa el viejo sin dejar de mirarme, y viendo lo nervioso que me puse, echó mano a su cipote, sacándolo aún más y mostrándomelo sin ningún disimulo ni recato. 
    
       Que hijo de puta el viejo, se puso a cimbrear aquel pedazo de cipote, con todo el descaro del mundo, miraba para mí, sonriéndose, enseñándome el ciruelo que le colgaba. Yo con cara de asombro y algo asustado, no podía dejar de mirar. Cada vez parecía crecerle más y más, hasta los huevos había sacado el viejo, mostrando todo de manera orgullosa. No tenía ningún reparo en mostrarme todo su órgano sexual, ni le importaba si había más gente. El cabrón del viejo ya había decidido, solo le interesaba aquel jovencito que era yo, que, con cara de asombro, hacía que meaba. 
       Yo cada vez me ponía más y más colorado, y la polla no paraba de ponérseme tiesa y dura, viendo aquel espectáculo, un hombre lavándose las manos viendo como un viejo con una muleta y un pedazo de cipote que asustaba, se lo mostraba a un jovencito, cimbreándolo sin ningún reparo.
    
       El viejo viendo mi excitación y lo asustado que yo estaba, sabiendo que no me atrevería a hacer nada, cogió la muleta con su mano izquierda, se acercó a mí, echó su mano derecha a la cintura de mi pantalón, tiró de él, bajándomelo ...
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