1. La coja


    Fecha: 19/03/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Quique, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    La conocí cuando tenía 16 años. Era morena, delgada, de estatura mediana, ni guapa ni fea, era cojita y vestía muy mal.  En su casa la llamaban Estrella y en la calle Estrellada y La Coja. Su padre había venido a trabajar al puerto en la carga y descarga, y la verdad es que tanto el padre, cómo la madre, cómo ella, eran muy brutos. 
    Estrella levaba unos días en el pueblo y aún no tenía amigas. Recuerdo que en el reloj del ayuntamiento daban las diez de la noche cuando llegó a la plaza del pueblo donde estaban jugando las otras niñas a la cuerda, al tejo, a la goma, a pillar..., y los niños a la pelota. Arrimó la espalda a la pared de una casa y se puso a mirar. Nadie le prestaba atención, era cómo si no existiera. Dejé de jugar. Fui a su lado, encendí un celtas con filtro, y le dije:
    -¿Cómo estás, Estrella?
    Bajó la cabeza, y me respondió:
    -De pie.
    -Ya veo.
    Estrella se percató de que algunos niños nos miraba y se puso colorada. Su espalda se deslizó hacia abajo por la pared y se sentó en una pequeña acera que tenía delante la casa. Me senté a su lado.
    -Me llamo Quique, y te preguntaba cómo estabas.
    -Ahora estoy sentada.
    Muy lista parecía que no era.
    -¿Qué haces durante el día?
    -¿A qué vine tanta pregunta?
    -Trato de hacerme tu amigo.
    -¿No tienes bastantes amigas? 
    -Nunca se tienen suficientes amigos. ¿Qué haces durante el día, aparte de trabajar?
    -Comer y cagar.
    La miré, sonreí, y le dije:
    -De modales no andas muy bien.
    -¡Hay que ser ...
    ... cabrón!
    -¿Por?
    -Por que no hace falta que me recuerdes que la ropa que llevo era de mi abuela.
    -¡¿Yo?!
    -Sí, tú, diciédome que no entiendo de moda. ¿Creías que no te iba a entender?
    -A ver, Estrella, tener modales, al hablar, quiere decir, tener buenas formas, buenas maneras, buenos modos.
    Si se había de disculpar aún tenía más que decir que el rey que mandar.
    -Ya te entendí a la segunda.Tú eres el echado para adelante del pueblo, ¿verdad?
    -¿Por?
    -Y además ahorras palabras. Flojo.
    -Yo trabajo.
    ¡¿Tú?! Tú no sabes lo que es trabajar. 
    -¿Por qué dices eso?
    Me miró para las manos.
    -En tu vida trabajaste. Tus manos no son de trabajador, son manos finas.
    -Veo que eres observadora.
    -El observador eres tú, yo soy trabajadora -me enseñó las palmas de las manos-. Estás son manos de trabajadora.
    Tenía las manos llenas de callos.
    -Estudiando también se trabaja. Al estudiar se labra un futuro.
    Me miró con cara de asombro. 
    -¡¿Pero tú sabes lo que es labrar?!
    -Sé lo que es labrar, pero lo que quise decir es que estudiando se cimientan las bases...
    Me interrumpió.
    -Estudiar estudiarás, pero muy listo no eres. cimientar, aquí y en cualquier parte es echar semillas para que nazca después el fruto. 
    -Eso es sembrar
    -Sembrar, cimientar, sementar, viene siendo lo mismo.
    Ya no sabía que decir. Quise saber donde viviera antes de venir para mi pueblo.
    -¿Y de dónde vienes?
    -De mi casa.
    -¿De que parte? 
    -Pues salí por la puerta.
    Me estaba pesando haberme acercado a ella. Me armé de ...
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