1. El Niño de la Casa (Episodios 1-5)


    Fecha: 19/03/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Phoenix1986, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... se puede negar. Pero en fin, ninguna de esas dos veces cuenta como tocar unos pechos como Dios manda.
    
    -Entonces, según tú... -dije yo, abatido- No. Nunca he tocado unas, respondiendo a tu pregunta.
    
    A todo esto yo seguía con mi mirada fija en aquellos pezones. Ella volvió a hablar cariñosamente:
     
    -Te veo muy dubitativo... Anda, ¡que caray! Hemos dicho que hoy estábamos de celebración... ven.
     
    Me agarró suavemente mi mano izquierda y poco a poco se la dirigió a su teta, totalmente desprotegida para ser tocada por mi. La hizo aterrizar poco a poco en su pecho derecho y empecé a palpar aquel deseado tacto.
    
    -Mamá... dijé balbuceando- ¿De verdad que puedo? 
    
    -Ya lo estás haciendo cielo.
    
     Primero la apreté con miedo, después, con más decisión, amasé aquella teta que se me ofrecía. Sonreí.
    
    -¿Qué tal? -dijo ella- No había para tanto ¿verdad?
     
    -Mamá -dije mientras amasaba fascinado.- Es lo mejor que me ha pasado nunca...
     
    -¡Exajerado! -dijo ella riendo- Mira que eres... -hizo una expresión nostálgica.- Aunque ahora recuerdo lo que me gustaba a mi que me las tocaran... Hacía tanto tiempo...
     
    -Yo lo hago siempre que tu quieras, mamá -dije. Con esto se sintió un poquito incómoda.
     
    -Cielo, hemos dicho solo esta vez...
    
    -Entonces... -añadí yo- Tendría que aprovechar ¿No? 
    
    -Sí, claro -respondió ella.- Pero hasta que yo te diga.
    
    -Entonces haré hasta donde me dejes... -le anuncié- ...aunque no llego bien así.
    
    -¿No llegas bien a qué?
    
    -Me ...
    ... gustaría... -dije notando como me ruborizaba en questión de segundos- Chupártelas...
    
    Mi madre no dijo nada pero puso los ojos en blanco con expresión de "pues vaya calentorro que tengo por hijo". Se incorporó poniédome las tetas a la altura de la cara hasta que la distancia fue suficiente como para que yo llegara a lamerlas. Ahí sí que me recreé. Le pille la misma teta que había estado sobando y la chupé, la lamí, la besé... Me concentré en sorberle el pezón un buen rato. Paré para respirar y le dije:
    
    -No me acordaba de como era... ¡Hacía unos quince años que no lo hacía!
    
    A mi madre le hizo gracia mi broma relacionada con mi época de bebé. Dejé aquella teta en paz y dije:
    
    -A ver la otra... -me dirigí a su otra teta. Se volvió a reír:
     
    -¡Robe, son prácticamente iguales! Que cosas tienes...
     
    Las estuve amasando y degustando unos minutos deliciosos. Metí más la cabeza entre ellas y me sentí en el paraíso. Ahora ya sabía porque siempre me habían llamado tanto la atención: el placer y sensación de bienestar que te pueden dar son indescriptibles.
     
    -Son blanditas y suaves, -concluí- me encantan.
     
    -Tu, en cambio -me sorprendió mi madre poniéndome una mano en el paquete.- Sigues bien bien duro.
     
    -Mamá... -balbuceé- me encanta que me toques.
     
    -Y a mi que me toques tu, cariño, -dijo ella emocionada- por muy raro o poco habitual que sea.
     
    -Sigue, por favor...
     
    Ella me miró a los ojos con otra maravillosa sonrisa traviesa.
     
    -Creo que hoy no hace falta ...
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