El Niño de la Casa (Episodios 1-5)
Fecha: 19/03/2020,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Phoenix1986, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... pensamiento a través de sus expresivos ojos. Con su mirada tan transparente hubiera dado un riñón apostando a que estaba pensando: "¿Y qué más cosas crees ya que podrías volver a hacer tu solito?". No dije nada más. Nuestra conexión ocular se rompió y terminamos de subir la escalera. Tía Isa había contemplado la escena con cara de circumstancias.
Hice una siesta que no me sentó del todo mal hasta que me despertó el ruido del agua de la piscina. Alguien estaba nadando en ella. Mi reloj anunciaba las 18:23h de la tarde. Aún era pronto y me apetecía bajar al jardín a tomar el sol con quien estuviera en la piscina. Se oían las risas de mi madre y su hermana, y murmullos pertenecientes a una conversación alegre que yo no podía distinguir desde allí. Me dirigí a la ventana y me asomé a ella. Las vi nadando relajadamente, refrescándose. Era precioso, parecían dos sirenas jugando en el agua. Sonreí. El espectáculo duró poco. Se tumbaron cada una a su toalla a tomar el sol. Tampoco estaba mal verlas así. Mi tía se puso de espaldas, con el vientre hacia abajo, y se desabrochó la parte de arriba del bikini. Mi madre miró como lo hacía y, tras parecer que se lo pensaba, acabó haciendo igual.
Entonces las vi hablar. Mi madre tenía el tono un poco serio. Me intrigó. Las observé aun más detenidamente. Mi madre movía los labios para hablar con torpeza, como si le costara decir lo que iba a decir. Giraba la cabeza en gestos que parecían vergüenza. Mi tía la escuchaba atentamente, casi ...
... tanto como yo, aunque yo no podía oír nada porque mi madre hablaba bajito. Entonces el gesto de mi tía se convirtió en el de sorpresa extrema, llevándose una mano a la boca para contener el grito que había estado a punto de dar. Era una conversación que, por alguna razón, debía ser silenciosa.
Mi tía se calmó y siguieron hablando, ahora el gesto de tía Isa era un poco más relajado y tenía una expresión conciliadora en contraposición a la cara de preocupación de mi madre. La estaba tranquilizando un poco. Mi madre hacía cara de lamentarse y seguía mirando a su alrededor evitando la mirada de su hermana menor, pero se la veía un poco más relajada. Desahogada por estar quitándose un pequeño peso de encima. La curiosidad me mataba. No pude más.
Me dirigí a la escalera que bajaba hasta la planta baja. Me armé de valor, agarré bastante aire y lo solté despació. Claro que podría hacerlo solo. Me agarré a la barandilla con mi mano izquiera. Desafortunadamente solo había barandilla en el lado derecho, así que tuve que cruzar el brazo izquierdo por delante de mi brazo escayolado para poder sujetarme bien. Paso a paso bajé los escalones hasta abajo. Me pareció que tardaba minutos, pero ya lo había conseguido.
Caminé hasta la puerta que daba al jardín, donde mi madre y mi tía mantenían la conversación que quería oír, deseando que no fuera demasiado tarde. Me puse detras del marco de la puerta para que no me pudieran ver y agudicé el oído. Las escuchaba, pero solo eran murmullos. ...