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Perra obsesión (1)
Fecha: 23/11/2017, Categorías: Microrelatos, Autor: Horny, Fuente: CuentoRelatos
... excitada que el día anterior. Ni matándome a pajas podría quitarme la calentura. Ya no la veía tan inalcanzable porque muy seguramente vivía cerca pero si la imaginaba altiva e imponente. Me acosté para trabajar en mi ritual masturbatorio imaginando mil cosas deliciosas. La imaginaba de carácter fuerte, medio perra para sus cosas, violenta como pocas y obligándome a pasar el día amarrada. La imaginaba llegando del trabajo en la tarde y abusando de mí... devorándome y mordiéndome... "hipnotismo de un flagelo dulce tan dulce"... como cantaba Cerati. Pasaban los días y yo seguía en lo mismo, disfrutando mi pequeño secreto, follando como loca con mis manos hasta que casi me salían pelos en las uñas y tratando de hacer acopio de valor para hablarle. Hablando un poco de mí debo decir que soy masajista y trabajo en un reconocido Spa de la ciudad. No acostumbro acostarme con mis clientes a menos que sea en un lugar discreto y me paguen muy bien por eso. Por lo demás en mi trabajo soy muy seria y profesional. Gracias a mi trabajo encontré la manera de acercarme a esta mujer que me encantaba después de darle muchas vueltas y sopesar todas las posibles opciones. Tomé unos volantes publicitarios del Spa y plantándome de nuevo en el paradero esperé pacientemente. Esta vez tuve que esperar un poco más pero valió la pena. Unos segundos antes que ella pasara por donde yo estaba comencé nerviosamente a repartir volantes entre los transeúntes. Ella no fue la excepción y se llevó un ...
... volante también. Por fin me miró a los ojos y al recibir el papel le dije que para ella habría un descuento especial. Sin darme ni las gracias siguió su camino. Ahora todo era cuestión de esperar pacientemente a ver si mordía el anzuelo, pero la espera era una tortura, los días se me hacían eternos esperándola. Pasó una semana entera y llegó el sábado, uno de los días con más clientela y por consiguiente debía trabajar desde muy temprano hasta muy tarde. Comenzaba en mi cabecita loca a idear otro plan para acercarme a ella cuando apareció con una amiga. Casi tuve que sobornar a mi jefa para que me permitiera atenderlas y luego prácticamente me arrojé sobre ellas para darles la bienvenida. Me presenté diciéndoles: Mucho gusto, Valentina y estirando mi mano con emoción, para lo cual solo recibí un par de miradas despectivas e indicaciones de mi jefa para que les mostrara el lugar por ser ellas nuevas clientes. Comencé mi recorrido seguida de las dos mujeres que poco o ningún interés tenían en mis palabras. Les enseñé la peluquería, el gimnasio, las diferentes salas de masaje mientras me acompañaban con cara de aburrimiento hasta que me cortó la mujer de mis sueños diciéndome que querían pasar de inmediato al vestier y luego al baño turco, que ya me buscarían si optaban por darse un masaje. Valentina: Me parece perfecto, el vestier esta en éste costado y los turcos al fondo a la derecha. Ya saben donde encontrarme. Por cierto, cómo se llaman? Digo… para poder abrirles una ...