1. Perra obsesión (1)


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Microrelatos, Autor: Horny, Fuente: CuentoRelatos

    ... carpeta y apartarles un cupo con la nutricionista.
    
    Diana: (habló de nuevo la mujer de mis sueños más húmedos) Mi nombre es Diana Camargo y mi amiga se llama Carmen Suárez.
    
    Y dando media vuelta se fue tomando a su amiga del brazo.
    
    Ni me tomé la molestia de escuchar el nombre de la amiga, el de Diana se clavó en mi corazón desde ese día. No me explicaba como la naturaleza había creado a semejante animal, dulce y rebelde.
    
    Dos horas tuve que esperar que las señoritas se dignaran buscarme pero bien valió la pena por ver la piel de Diana en vivo y en directo. Su piel de durazno empelotas en la camilla de masajes era un espectáculo digno de verse desde el palco de honor. Al lado su amiga estaba siendo atendida por una de mis colegas.
    
    Temblé un poco al posar mis manos en su espalda humectada previamente con abundante aceite pero poco a poco me fui entusiasmando con mi labor hundiendo mis dedos en su carne, suave y firmemente. Estaba sudorosa y sus poros abiertos por el calor del baño turco, mis manos se resbalaban deliciosamente, navegaban por sus piernas y se detuvieron en sus pies donde me concentré bastante. Luego subí de nuevo deteniéndome en sus nalgas ...
    ... un buen rato sin atreverme a ir más allá dentro de sus profundidades a pesar que ella estaba medio dormida. Seguí mi recorrido manual por su columna vertebral hasta sus hombros a los cuales le dediqué especial atención. Mi emoción iba en aumento tanto que al parecer la apreté un poco en alguna parte.
    
    Diana: Masajista bruta, fíjese en lo que hace.
    
    Y diciendo esto se paró de un brinco, se enrolló en la toalla y se fue. Solo le faltó pegarme. En mi vida me habían tratado tan mal, y no fue solo su grito sino sus miradas de desprecio, su actitud hacia mi lo que me molestó. Me sentía estúpida por tantos días pensando en ella, pajeándome por ella, buscando la manera de acercarme y solo obtenía desprecio.
    
    Soy muy variable y después de desearla tanto casi le cogí rabia. Mis fantasías ahora se desviaban hacia otros lugares inexplorados hasta el momento. Comencé a imaginarla en pelotas encadenada y colgada de los brazos, tan perfecta, como sólo ella puede ser y someterla a vejaciones y azotes de todo tipo, ser una hija de puta y abusar de ella. Supongo que de tanto pajearme y leer relatos de dominación y sadomasoquismo me volví un poco enferma jejeje.
    
    CONTINUARÁ. 
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