1. La mirada de un hombre alfa, reclamándome.


    Fecha: 25/03/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... mirada. Me había dejado algo inquieto, notaba como se me estremecía el cuerpo, cada vez que sentía aquellos ojos clavados en mí.
    
       Después de terminar de mear, abroché el pantalón y cinturón, fui al lavabo que había enfrente el wáter, abrí el grifo, poniéndome a lavar las manos y refrescarme un poco la cara intentando calmar aquella inquietud y nerviosismo que se había apoderado de mí.
    
       Aún no había terminado de lavarme, cuando se abrió la puerta de los aseos, entrando en ellos, el dueño de aquellos ojos que me habían perturbado clavándose en los míos.
    
       Quedé paralizado, mirando a aquellos ojos que se volvían a clavar en los míos, escrutándome. 
       Se acercó a mí, puso sus manos sobre mi cintura, susurrándome, no te asustes, no te voy a hacer nada, solo vengo a mear, me dijo susurrándome al oído, mientras me acariciaba la cintura con sus manos. Apretó los cachetes de mi culo, diciéndome, ya nos veremos cuando termine la actuación, yéndose hacia el urinario y poniéndose a mear. 
    
       ¿Lo estás pasando bien? Me preguntó de repente.
    
       Volví a girar la cabeza mirándolo, mientras mi cara se empezaba a enrojecer y empezaba a tartamudear, sssí, le contesté agachando la cabeza como si fuese un sumiso que teme contestar a su amo.
       Me puse a secar las manos en el secador eléctrico, mientras él terminaba de orinar, se pasó un agua a las manos, poniéndose a mi costado a la vez que compartíamos el secador. Antes de que esté se apagase volvió a poner las manos sobre ...
    ... los cachetes de mi culito, diciéndome, ya nos veremos esta noche, dijo saliendo antes de que lo hiciera yo.
    
       Quedé pensativo, intentando reaccionar a aquellas palabras, hasta que entró otra persona, haciéndome reaccionar por lo que salí del aseo, yendo para la barra donde tenía la consumición.
     
    
       Me acomodé en el taburete, poniéndome a beber del Ron con Coca-Cola escuchando la música que sonaba en esos momentos. El que tocaba el órgano estaba hablando con el cantante, estaban ordenando las canciones que iban a interpretar, después de tener un breve descanso. A los pocos minutos, reanudaron la actuación. 
    
       Cada vez que yo miraba hacia el escenario, a los pocos segundos, él volvía a clavar su mirada en mí. Era como si adivinara cuando yo lo estaba mirando.
    
       El nerviosismo y aquella sensación de inquietud que me recorría el cuerpo no dejaba de atormentarme. No sabía que hacer, sí quedarme y esperar a ver que pasaba, o marcharme en la primera ocasión que tuviera. 
       Cuando por fin terminó la actuación, antes de que me viera, salí del Pub Salón, yéndome, andando hacia los cantones, camino hacia mi casa. 
    
       Iba caminando por la avenida de la marina, dispuesto a pasar por el parque antes de irme para casa, por lo que, al llegar al semáforo, crucé para la otra acera, la cual me llevaba directo hacia los jardines de Méndez Núñez, que es el parque donde suele haber encuentros homosexuales.
    
       Al llegar a dichos jardines, di una vuelta completa para ver si ...
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