Los Cacheros y yo (II) - Relatos Eróticos

Los Cacheros y yo (II)

... pude ver su verga delgada pero bastante larga que le colgaba de su velluda entrepierna y me la metí a la boca.

-Sigue Penny, que rico la chupas, te tenía hartas ganas hace tiempo- me decía mi primer cachero de la noche.

Él cerrraba los ojos mientras se la mamaba, yo miraba fijamente su cuerpo juvenil que se retorcía de placer, por un momento desvíe la mirada y vi un rostro en la oscuridad por la ventana de esa habitación, el sentirme observado me hizo excitarme más.

Pedro me tenía en cuatro sobre el colchón, usó bastante vaselina para penetrarme, y ya me tenía gimiendo con el mete y saca de su verga en mi culo, de pronto su cuerpo cayó encima mío y supe que había eyaculado, se quedó unos minutos descansando y luego me la sacó y mostrándome el condón lleno me dio un par de nalgadas y se vistió y me dejó solo en la habitación, aproveché para limpiarme un poco y descansar, cuando entró el gordo Mauricio:

-Ya te dejaron lista Penny, ahora sí conocerás a un macho de verdad.- me dijo mientras se desnudaba.

Pude ver que su pene era grueso aunque más pequeño que el de Pedro, me dijo que le lamiese los huevos gordos y velludos que tenía, me gustó su sabor salado, luego me recostó de espaldas y levantó mis piernas y poco a poco me la fue metiendo, el grosor me hacía gemir más de lo acostumbrado, yo cerraba los ojos pero cuando estuvo por completo dentro mío los abrí y volví a ver a ese hombre por la ventana, como no tenía mis anteojos y estaba oscuro no pude ...

... distinguir quien era, pero intuí que era el padre de Esteban.

-Tu culo parece de hembrita, dime que te gusta que te cache Penny - decía entre gemidos Mauricio,

-Sí, me encanta, soy tu puta - le decía suavemente.

-Me voy a venir en tu hueco de perra culera, ahhahaaaaaa

Cuando terminó, se fue sin decir nada y casi de inmediato entró Federico, se notaba que había bebido bastante cerveza, ya que estaba dando tumbos, se recostó a mi lado y yo tuve que desnudarlo, su cuerpo era delgado pero musculoso, su rostro era el más atractivo de sus compañeros, su verga era de unos 17 cm, delgada, lo comencé a masturbar y luego me la puse en la boca, él solo gemía y cuando logré que estuviese erecta casi de inmediato eyaculó en mi boca, sus manos presionaron mi cabeza para que no me retirase, así que tuve que tragar su salado semen, luego me limpie los restos y le dije que si me la quería meter y el me dijo que estaba cansado, solo me acarició las nalgas y al oído me pidió que no le contase a nadie que me había acabado en la boca y que no me la había metido, yo le dije que no había problema, me dio un pequeño beso en la boca y se fue dando tumbos mientras se vestía.

Paso 5 minutos y entró Santiago, el más joven, tenía 18 años y llevaba un corte de pelo estilo militar, se quitó la ropa y se recostó a mi lado.

-Nunca he estado con un marica como tú. -me dijo.

-No la has metido por el culo?- le pregunté

-No, mis enamoradas nunca se dejaron hacer eso, solo se las metí por ...