1. La maestra del sexo


    Fecha: 25/04/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Anonimo moscovita, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... que ir. Lástima, pensé. Ya me había encariñado con sus nalgas, sin embargo, me mencionó que me podía llevar a mi casa si quería, como no voy a querer, pensé. Así que nos dirigimos a su coche, me dijo que como le había pegado el aire, se había mareado, que si podia manejar, me dio sus llaves y abordamos su auto. Yo le ayudé a subir, entre que no subía y sí, me plantó un beso, un piquito pero suficiente para saber que quería. No creo que por guapo, sino más bien, ella estaba caliente. La casa no está muy retirada del auditorio, así que llegamos rápido. Le pregunté si deseaba, la llevaba a su casa y yo me regresaba en taxi. Mi líbido llegó al limite cuando me pidió quedarse en mi casa, dado que ahora vivía cerca de Sultepec, Estado de México y el camino es largo y peligroso. Al momento acepté. Llegamos a la casa y le ofrecí algo para tomar, como no tengo alcohol en casa, sólo me aceptó una cerveza, comenzó a tomarla y me pidió el baño, se quería bañar. Lamenté no tener cámara en la ducha, pero mejor, me pidió que le tallara la espalda. Al momento se me paró la verga. Subimos a la ducha y ya adentro, comenzó a desnudarse, ese cuerpo que fué inspiración a incontables pajas estaba frente a mi. Debajo de su diminuto vestido, sólo había una tanga de hilo dental bien clavada en el ano y la pucha, se desató su broche-pelo cayendo su hermosa melena sobre la mitad de su cara, me dió la espalda para abrir los grifos del agua. La escaneé, su cola bien respingona, su raya obscurita, ...
    ... separaba esas ricas nalgas, me quité la ropa en un instante y ya goteaba de líquido preseminal. Me preguntó cual era la caliente, me acerqué por detrás, la verga quedó entre sus nalgas, más pegué mi pecho a su espalda y le indique cuál era. Ella volteó y parando la cola, abrió un poco el grifo de agua caliente, al salir el chorrito, pegó un brinco hacía atrás, como llevaba la espada desenvainada, casi se ensarta. Como se enderezó, la verga quedó aprisionada entre sus nalgas. Comenzó a moverlas, templando el agua, se separó y de frente, me pidió acercarme, con sus dedos, el agua caía sobre nuestros cuerpos desnudos. Me abrazó por el cuello y me plantó un caliente beso. Me metió la lengua y las dejamos conocerse, yo le agarraba esas nalgas y sus piernotas, le limpíe la garganta mientras una de mis manos exploraba su culito y la otra pellizcaba sus tetas. Cerramos las llave y sin despegarnos, nos fuimos a mi cama. Ella me tumbó y se arrodilló frente a mi, miraba mi erección con lujuria, se agachó y sin preámbulos, se la tragó toda. No podia creerlo, esa diosa de la enseñanza me estaba mamando la verga. Su lengua pasaba por el glande riquísimo, al poco, sin dejar de tragar verga, da la vuelta y quedamos en un 69 glorioso, su pucha con algunos pelillos aún escurriendo agua y fluidos vaginales y su fundillo, quedaron frente a mí. Mientras ella tragaba verga, yo le chupaba el clítoris, obscuro y arrugadito, con los dedos entreabría su vagina, dejando ver su interior rosadito que lengueteé ...