1. SECRETOS DE FAMILIA: En un cine porno.


    Fecha: 25/04/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Brandán, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... la ventana abierta por el calor. Me giré y contemplé el cuerpo de mi padre. No estaba mal para sobrepasar la cuarentena: proporcionado, rostro varonil, pelo negro rizado... Todo el mundo decía que me parecía a él y ello no me disgustaba. Lo estaba analizando en la semioscuridad cuando reparé en su entrepierna. Un gran bulto amenazaba hacer saltar los dos botoncitos del bóxer. Papá estaba teniendo un sueño erótico, la polla la tenía bien parada. "No es de extrañar - pensé -, lleva sin follar una semana". No sé ni como ni por qué llevé mi mano a aquel paquete. Presioné. La verga se puso aún más dura y crecía por momentos. Fui más lejos: con enorme dificultad logré desabrochar los dos botoncitos del bóxer. Al fin pude liberarle la polla y los cojones.  La verga me pareció más grande de cuando me la mostró hace años para explicame el problema de fimosis que yo tenía. Instintivamente, empecé a masturbarlo. Su capullo se llenó de sangre y las pelotas se hincharon poco a poco. "Tengo que aliviar a este hombre" - pensé para justificar mi acción. Imprimí más ritmo a la paja. Papá había dejado de roncar. Me detuve un rato por miedo a que se despertara, pero todo seguía tranquilo. Volví a rodear con mi mano aquella poronga que me engendró. Su respiración se hizo más intensa. Ahora papi gemía, estaba gozando con mi manipulación. Escupí sobre su glande para lubricarlo y proporcionarle más gusto. Papá apretó las nalgas y se alzó hacia arriba. Estaba a punto de correrse. ¡Mmmmmmmmm!  ...
    ... Una ráfaga, dos, tres... hasta siete hasta vaciarse por completo. Su leche le alcazó todo el pecho. Me saqué los calzoncillos y le limpié con cuidado todo aquel semen abundante y pegajoso. Le volví a meter la polla y los huevos dentro del bóxer y abroché los botoncitos. Papá dio un gran suspiro, giró hacia el otro lado dándome la espalda, y se puso de nuevo a roncar.
    
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    Siempre había tenido curiosidad por ir a un cine porno. No muy lejos de la ferretería de mi padre había una sala X, que cada fin de semana cambiaba de cartelera. Esta proyectaban dos filmes en sesión continua: "El negro de tres patas" y "Colegialas viciosas". Por mi mente calenturienta pasó una idea genial pero arriesgada para poder entrar en el cine con mi edad. El tiempo que permanecí encerrado en el armario del trastero mientras "Dumbo" emputecía a mi madre pude observar que allí se guardaban vestidos, zapatos de tacón, pelucas y abalorios de todo tipo, pertenecientes a la tía de Charly. Después de meditarlo y organizarlo hasta el mínimo detalle, volví al trastero que, como quedó dicho, está en el sótano de nuestra casa. La puerta estaba sin cerrar con llave. Aquella tarde de jueves, que mi madre había ido a la peluquería a ponerse más guapa todavía, mi hermanita a  la academia de Inglés, y mi padre trabajando como un cabrón en la ferretería, decidí dar el paso: ...