1. SECRETOS DE FAMILIA: En un cine porno.


    Fecha: 25/04/2020, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Brandán, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... travestirme de mujer y colarme en una sala porno. 
    
    No tuve dificultad alguna para entrar en la sala X. En verdad parecía toda una mujer; bueno, más bien una putilla. Una rubia bajita pero sexy y repintada como un cuadro abstracto. Entré en medio de la oscuridad absoluta. Cuando mi vista se acomodó a la negrura pude observar que allí se hacía de todo menos ver la película. Hombres chupándosela a hombres, mujeres mamándosela  a varios a la vez, otros chingando en los lugares más recónditos. El olor a fluidos corporales era intenso. Estuve a punto de dar media vuelta y largarme cuando observo en una esquina a un hombre solo con buen aspecto separado del resto. Me sentaré junto a él, parece un lugar tranquilo para que yo vea de qué va el cine porno, pues hasta ahora mis pajas son con revistas guarras. Me acerco, dejando un asiento por medio. Me fijo en él: se está haciendo una paja. Me fijo todavía más en él: ¡es mi padre!
    
    El hombre - mi padre - gira la cara hacia mí. Le debe gustar la putita rubia que percibe en la oscuridad. Enarbola la polla para que ella la vea bien. Al poco, se acerca al asiento contiguo y le dice - me dice -: "¿Cuánto por una mamada?". Tiemblo como un flan. Me lleva la mano a su cipote duro y erecto e inicia la maniobra de la masturbación. Al poco, yo mismo me inclino y empiezo a hacerle una felación. Él está gozando como un animal pero yo más. Cuando creí que la cosa quedaba ahí me toma por la cintura y me pone sobre sus rodillas, dándole yo la ...
    ... espalda. Me saca el slip, que él suponía unas bragas, y...
    - ¡Pero si eres un hombre, hijo de la gran puta! - me grita.
    Pero ya mi ano está rozando su polla. Él se revuelve enojado y aún tiene coraje para decirme.
    - ¡Eres un travesti de mierda! ¡Yo no follo con maricones!
    Sin embargo no me aparta su regazo, no me tira a un lado, está dubitativo. Yo aprovecho su desconcierto para alzarme un poco e introducir su miembro en mi orto. Y comienzo a cabalgarlo sin darle opción a decir ni mu.
    Siento la verga de mi padre dentro. No sé si estoy más excitado que cuando mi madre me hizo la mamada con los ojos vendados en el trastero de Charly. En ambas situaciones, ni la una i el otro son conscientes de que lo están haciendo con su propio hijo. El morbo y la calentura me embargan, a papá también, que siempre presume de supermacho y lo está haciendo con un hombre. No tarda él en buscarme la pija y comenzar a masturbarme. Lograremos corrernos los dos al tiempo: yo, contra el respaldo de la butaca delantera; él, dentro de mi popio recto. Y así ocurre. "¡Mi putita, qué rico!", exclama durante el orgasmo. Tan pronto termina la aventura, me reconpongo y salgo de la sala como alma que lleva el diablo, tropezando en la oscuridad con unos y otros.
    
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    Una noche más durmiendo con papá. Después de la experiencia del cine porno estoy más nervioso pero también ...