Misma escuela, diferente uniforme - Relatos Eróticos

Misma escuela, diferente uniforme

... comprimiendo una ligera erección que trataba de formarse. Me gustaba la compresión de las calcetas en mis piernas, torneándolas, moldeando la figura que tenían. Era muy agradable sentir como un pequeño bra -apenas copa A- relleno de papel higiénico acariciaba mis pezones con cada paso, como si fueran unas manos que los sobaran, los estimularan y los apretaran. Cada vez que miraba hacia abajo y me veía ese par de senos falsos me impactaba, pues era una imagen que jamás había visto en mi vida, ni había esperado verla. 
Sacudí la cabeza cuando llegué a la estación del autobús para dispersar esos pensamientos. Otras chicas del colegio ya estaban ahí, esperándolo cuando yo llegué. 
Mi primera reacción fue de miedo, pues temía que me vieran y se dieran cuenta de la farsa. Si lo hacían lo más probable es que me arrepentiría de la aventura y me llenara de pánico. Pero, por suerte no me prestaron mucha atención. 
De hecho nadie en la parada de autobús me prestó atención. 
Lo tenía en la bolsa. 
Cuando llegó por fin la unidad subimos los que lo estábamos esperando. No éramos muchos pero, conforme pasaban las estaciones el espacio se iba reduciendo, chocando unos con otros. 
Estábamos a unos minutos de la escuela cuando, de pronto, sentí una mano en mi espalda. El autobús ya estaba lleno para entones, por lo que pensé que la mano sólo trataba se sujetarse. Pero después de un momento comenzó a bajar. Yo no podía voltear por lo concurrido que estaba el espacio. A mi alrededor había ...

... varios chicos que yo no conocía del colegio, pero no podía ver quien estaba realmente detrás de mí. 
La mano después se posó mis nalgas. Primero suavemente, luego las apretó con fuerza. Recorrió la línea de mi ropa interior sobre la tela y luego subió nuevamente. Se introdujo entre la falda y mi ropa interior y poco a poco fue bajando cada vez más. 
Yo estaba impactado. Pero algo me impedía decir absolutamente nada. Era como si me faltara el aire, como si mis pulmones se hubieran apagado. Pero sobre todo, mientras más bajaba la mano, menos quería llegar a la parada de la escuela. De alguna forma u otra aquello me estaba gustando y quería que se prolongara un poco más. 
La mano entonces acarició mis nalgas nuevamente, pero ahora sintiendo la piel. Jaló mis panties y las acarició como si de un gatito se tratara. 
Luego con los dedos fue buscando camino hasta que llegó a mi ano. Ahí, con el dedo del medio comenzó un masaje circular lento y constante.
En ese momento sentí que mis panties se mojaban por mi propia emoción. Me estaba mojando sentir ese dedo desconocido masajeándome, abriéndome poco a poco. Cerré los ojos como si estuviera aun cansado, pero lo hacía para concentrarme en no gemir de placer y de emoción. Mi líquido pre seminal comenzó a descender por mis muslos. 
Sin previo aviso el dedo se insertó en mi hasta el fondo. Yo di un pequeño saltito, golpeando a un par de personas a mi alrededor al sentir como me penetraba. Me mordí los labios para no gemir de placer ...