A los 40 (II) - Relatos Eróticos

A los 40 (II)

... estaban decoradas con afiches de jugadores de fútbol.

-Veo que te gusta mucha el fútbol- le dije.

-Si, yo antes jugaba, pero hace unos meses dejé de hacerlo por un problema que tuve, tal vez el doctor Aurelio te comentó.

-Sí lo hizo- no quise tocar más el asunto por temer a su reacción.- Y que te ha dicho el doctor o tu padre sobre mi?

-Que me puedes ayudar a calmarme un poco con tu culo- lo dijo mientras se sobaba la entrepierna.

-¿Necesitas calmarte?

-No tengo sexo hace mucho, al menos no con otra persona.- me dijo mientras me invitaba sentarme junto a él en la cama.

-¿Hace cuanto tiempo?

-Mucho tiempo, yo he ido con putas, pero no se dejan que se las meta por atrás, y los chicos maricones que he conocido solo me la maman, además...

-¿Qué?- pregunté mientras acercaba mi rostro al suyo.

-Me gusta algo o más bien tengo una fantasía que tú me la puedes cumplir.

-¿Cual?

-Dejame traerte algo- se levantó y fue a buscar algo en los cajones, sacó una camiseta y me la dio.

-Es una camiseta del FC Barcelona?

-Si quiero que te la pongas, es la número 10.

-Esta bien, lo haré porque eres un chico muy amable y sabes pedir ...

... las cosas Junior.- le dije sonriendo.

-Yo he ido al colegio, sé comportarme, tomo mis pastillas, no soy un loco de la calle- me dijo algo alterado.

-Disculpa si te ofendí, ¿Donde puedo cambiarme?

-En el baño, pero solo ponte la camiseta, quedate sin pantalón, así vienes. - Me dijo emocionado.

En el baño me miré en el espejo y respiré profundamente, me quité la ropa y me puse la camiseta que me cubría hasta las rodillas, en mi interior pensaba que estaba haciendo una locura, que tal podía dar marcha atras pero recordé al señor Virgilio y con seguridad fui a la habitación.

-Aca estoy- le dije

-Acercate más- me dijo desde la cama.

-Una pregunta Junior

-Pregunta lo que quieras Lionel

-¿Que edad tienes ?

-24.

-Yo tengo 40, ¿no te incomoda que sea mayor que tú?

-No, mi papá dice que las mejores putas tienen más experiencia, supongo que lo mismo debe ser para los maricones. -me dijo sonriendo.

Me detuve delante suyo, hizo que me de media vuelta y levantó la camiseta para tomar mis nalgas con sus dos manos, estrujando fuertemente. Ahora sabía que no había vuelta atrás.


Continuara

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