1. Jimi contra Mandy, la revancha


    Fecha: 27/11/2017, Categorías: Intercambios Autor: valisdick, Fuente: CuentoRelatos

    ... los puños de Betty para administrar a Irina el polvo de su vida. Lo más probable es que a estas alturas estuviese viajando deportada de vuelta a Cracovia tras ser detenida a la puerta de una iglesia católica junto a su padre, con lo que su vida sexual nunca volvería a alcanzar nuestros estándares. Pero todo eran prejuicios míos. Quizás en Polonia se casaría con un leñador de 130 kilos y su vida consistiese en una cadena de interminables festines de alcoba 7 días por semana desde el atardecer hasta el alba.
    
    La revancha contra Mandy, la chica maravilla, y su impertérrito japonés, también había sido muy extraña. Nos machacaron en el primer round y llevaban trazas de hacer lo mismo en el segundo, pero de pronto Betty rompió a sollozar, conmovida al verme pelear por ella; se rehízo y destrozó el pálido hueso del amarillo. Como con el puño no podía hacerle mella, usando su intuición Betty lo peló para dejar sus únicas partes sensibles al descubierto y usó magistralmente sus uñas hasta encontrar su talón de Aquiles. Cuando al fin lo encontró ...
    ... chilló rabiosa “justo aquí!” y sus garras hicieron el resto. Nosotros también sabíamos jugar sucio y no queríamos arriesgarnos a un tercer round así que cuando le encontró el punto lo exprimió como una fiera hasta asegurarse de que sería incapaz de lograr una nueva erección y hacerle abandonar la pelea. Nunca nos habríamos imaginado que el amarillo tenía en realidad los ojos tan grandes… Más tarde supimos que la brutal presa de Betty tuvo al famoso japonesito apartado del circuito de tekoki durante más de tres meses.
    
    Los suaves y voluminosos pechos pálidos de Irina permanecerían gravados en mi mente durante mucho tiempo. La buena de Betty se prestaría a aliviarme una y otra vez cada vez que me despertaba agitado con aquella imagen rondándome y las sábanas enredadas en mi verga. Nunca me pidió nada a cambio, lograr vencer mi mítico aguante fue toda su recompensa, aunque ahora, con perspectiva, creo que sí esperaba recibir en algún momento algo más de atención de mi hacedor de maná para con ella. Al fin y al cabo era en buena parte creación suya. 
«12345»