Su gran polla sudada - Relatos Eróticos

Su gran polla sudada

... dio una medio sonrisa y me dijo, "buenas, no pensaba que serias tan puntual".

Miré mi reloj, y eran exactamente las seis, la verdad es que si que había llegado justito. "Ya, pensaba que tardaría más en llegar", mentí.

Miré su cuerpo. Aún estaba sudado del gimnasio, y llevaba una bolsa negra en la mano derecha llena de lo que yo pensé era ropa sucia de deporte. Tenía músculos bien definidos y unos penctorales enormes que me hacían sentir insignificante a su lado, y a la vez, muy, muy cachondo. 

"Pasa", me dijo al abrir la puerta. Hizo un gesto para que pasase yo primero, al hacerlo olí su sudor. Aún le caían gotas del pelo. Su olor era espeso y me consumía.

Entré sin que se me notase el butlo creciente entre las piernas. Y vi su apartamento. Era grande y parecía caro. Cerró la puerta detrás de mi y procedió a apoyar su gran brazo derecho sobre mis hombros, al rededor de mi cabeza, como si fuese un amigo cercano. Me guió hasta su habitación. Era un desastre. La cama no estaba hecha, y había ropa interior por el suelo. Olía a él ahí dentro. El sudor de su brazo entró en contacto con mi piel y empezé a respirar un poco más rápido. 

"Estas bien"? Me pregunto, en su voz profunda.

"Si amo" le respondí de forma un poco coqueta. Me examinó de pies a cabeza un segundo y me vio la erección.

"Ya estas emocionado"? Me pregunto mientras apollayaba su gran mano sobre mi pantalón. "Pues vas a tener que esperar aquí un momento mientras me ducho putita".

Paré un ...

... segundo antes de hablar, pero luego pregunté, "seguro que te tienes que duchar"?

El rió. "Te gusta mi sudor putita"?

Asentí lentamente con un poco de nerviosismo mientras miraba sus brazos. Sus axilas estaban llenas de pelo, y el olor era brutal. Me miró con curiosidad, siguiendo mi mirada. "Bien entonces", respondió alzando el brazo, "pues lame puta".

Seguí su orden y mi lengua pasó por encima de ese bosque húmedo, rápidamente dándome cuenta de que el sudor de un hombre, tenía más sabor de lo que habría pensado. Ya desde el principio, era demasiado, y cuando fuí a apartar la cabeza el me agarró con el otro brazo, aparentando me la cara contra ese banco de sudor. 

En cuanto me soltó y cojí una bocanada de aire relativamente limpio, me agarró con sus brazos y me tiró en la cama. "Te gusta que te dominen puta"?

No tuve oportunidad de responder, porque rápidamente apretó su pie sobre mí cara. Se había quitado la zapatilla, y su olor a pies era brutal. Lo movió por encima de mi cara, haciendome quejarme un poco. 

"De qué te quejas, si tienes una erección brutal. Quítate los pantalones y el resto de la ropa." En cuanto me quitó el pie de la cara lo hize. Lo hize lo más rápido posible. El se sentó en la cama con la piernas abiertas y un but lo gigante en el pantalón. "Quédate de rodillas delante de mí".

Segui sus instrucciones, y estar a la altura de su polla era un placer. Frotó mi cara sobre su chandal del Gym. Note el olor de su polla y casi me hizo enloquecer. Se ...