Logré cogerme al entrenador hetero musculoso macho alfa del gym en complicidad con otro de mis compañeros.
Fecha: 02/06/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: LadoSensible.Blogspot.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... veíamos fijamente, como dos cazadores observando a su presa, la pena nos consumió y volteamos nuestra cabeza tratando de evitar mirar a aquel hombre monumental.
Mi compañero había notado mi excitación y yo había notado la suya, tenía un short más largo que el mío, pero más entallado lo que le dejaba un sabroso bulto al aire. Ambos seguíamos entrenando, pero el coqueteo entre nosotros no paro, fue creciendo. Él se mordía los labios para provocarme y yo paraba más mi culo para saborearlo. El me paraba más la verga donde estaba sentado y yo le mostraba la mía, como en una competencia por demostrar quién era el más alfa. Por un segundo me había olvidado del otro hombre y estaba poniendo atención a este nuevo. Tenía un cuerpo similar al mío, muy estético también, bastante musculoso, pero sin llegar a ser tan extremo. Tenía una camiseta que lo hacía lucir bastante atractivo.
Haciendo algo de memoria mientras entrenaba había recordado su rostro en alguna competencia atrás y algunos rumores de su sexualidad que ahora los estaba confirmando, como es una ciudad pequeña, resulta que todos nos conocemos entre todos y más en el ámbito deportivo en el que me desenvuelvo. Así que confiado le di suelta a mis mañas de seducción. Me acerque a él con el pretexto de ayudarle con su rutina, pero mis verdaderas intenciones eran sentir más cerca su cuerpo.
Poco a poco comencé con mis manos a recorrer su cuerpo musculoso, se encontraba sentado, levantando unas pesas que ayudaban a ...
... desarrollar firmes pectorales. Mis manos comenzaron con sus hombros, bajaron a sus brazos y después a su pecho. Mientras hacía esto, lo veía con deseo, con ganas de comérmelo. Sin darme cuenta ya lo estaba besando, el ejercicio se había pausado y de pronto, le levante su camisa para comerme sus hermosos pectorales, mamando sus ricos pezones y mi lengua recorriendo cada cm de su varonil cuerpo. Él me dejaba acariciar sus músculos sin ningún reparo, había comenzado a gemir levemente. Tocaba su cuerpo de arriba a abajo, sobre su ropa y debajo de ella, nos dábamos unos buenos besotes. Había metido mi mano por debajo de sus shorts largos y le acariciaba la verga de arriba abajo, apretándola fuertemente mientras él se iba perdiendo más y más en el deseo.
El me quito mi playera y yo había jalado la suya para poder seguir disfrutando de nuestros cuerpos. En ese movimiento, notamos que el entrenador del gym se encontraba de frente a nosotros, ajeno a nuestro cachondeo, dándonos una vista de gloria, de primera plana, una rica espalda ancha acompañada con unas nalgas que gritaban penetración. Nos reímos mutuamente y con un intercambio de miradas sabíamos que habíamos encontrado a nuestra víctima. Nos separamos un momento, volviéndonos a colocar nuestra ropa para que la víctima no se alebrestará y haciéndonos los despistados con algunas mancuernas que habíamos utilizado decidimos esperar el momento oportuno para atacar.
El instructor cambio de ejercicio, sentándose en una máquina que ...