Chavito de 17 años es chantajeado por el profesor de matemáticas. El profe quiere penetrarlo hasta hacerlo gritar.
Fecha: 03/06/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: LadoSensible.Blogspot.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... agarrándose su codo, como rascándose de resignado.
Le dije que me esperará, que lo haríamos ahí mismo porque tenia que entregar cuadros al otro día. Se asusto, creó que pensó que no le tomaría la palabra o al menos, que no sería tan repentino y luego ahí en la escuela. ¿Y si alguien nos veía?, no quería que su reputación de macho se manchara, ya que a esa edad esos mocosos son muy malos con las burlas y seguramente esto arruinaría toda su imagen.
Le dije que no fuera tonto, riendo con un tono de desdén, le pedí que me siguiera a la bodega de la escuela. Mientras caminábamos, le pedí que se posará adelante de mi para poder contemplar ese vaivén de nalgas perfectas que su pantalón marcaba. Caminaba con un rico bamboleo de nalgas, con un movimiento hermoso, con un porte de caballero, de espalda amplia y un pecho desarrollado para su edad, él ya era todo un hombre, y ahora iba en camino a dejar que otro hombre se la chupara, caminaba con la cara agachada, derrotado, jamás imaginó que esto le fuera a pasar a él.
Cuando llegamos, le dije que se quedará ahí, que se escondiera y que nadie lo viera debajo de unas escaleras, en un hueco que quedaba, que no saliera por nada del mundo o el único que tendría problemas seria él. La luz nos ayudaba bastante, pues justamente ahí no llegaba.
Yo fui por las llaves con el velador. Ya casi no había nadie, se podía ver en la calle a un par de pendejos de los que siempre se quedan platicando, uno que otro maestro por los pasillos ...
... pero todo estaba cerrado, salones y oficinas. Caminaba rápidamente pues quería cumplir mi fantasía a la brevedad. El velador tenía todas las lleves de la escuela en un solo manojo.
Cuando llegué como a un cuarto que tenía justamente hasta el otro lado de la escuela, le pedí las llaves de la biblioteca, le dije que tenia que quedarme a pasar cuadros porque en mi casa no tenía Internet y que después metería algunas cosas en la bodega. Que me iba a tardar bastante por si no me apuraba. Él me las dio y no sospecho nada, pues ya me había quedado antes.
Me regresé pasando a la biblioteca, verificando que no hubiese nadie. Para mi fortuna ese día la biblioteca estaba vacía. Deje prendida una computadora y un par de luces, con un archivo de excel abierto como si alguien estuviera trabajando. Así si alguien pasaba podría inventar que fui al baño.
Me regrese a donde ese par de nalguitas vírgenes esperaban a ser desvirginadas. No sentí como hice el camino de regreso, parecía que volaba, mi corazón se agitaba por lo que iba a hacer y por el temor a que alguien me cachara. Mi calentura era tal que mi verga quería romper mi pantalón.
Cuando regrese a la bodega, Arturo salio de su escondite después de haberlo llamado. Abrí con algo de torpeza, pues los nervios eran demasiados. Él también se veía bastante nervioso, se movía de un lado a otro. El pendejo revisaba que nadie viniera y cuando pude abrir, entramos, nuevamente poniéndole llave, así, si alguien venía nos daría algo de ...