Confesión a mi amiga por medio de un sueño fantasioso pero casi real. - Relatos Eróticos

Confesión a mi amiga por medio de un sueño fantasioso pero casi real.

... punto, mi verga ya estaba muy dura y a pesar que eras mi amiga y trataba de hacer las cosas con mucho profesionalismo,  se apoderaba dentro de mí un demonio que me quería poseer y de paso poseerte, pues estaba tan ya provocado de tanta sensualidad tuya y admirando tu espléndido cuerpo semi-desnudo pero intentando por todos los medios de vencer la tentación, pero por otra parte, y a pesar que no decías nada, tu cuerpo empieza a mandar señales de que también quería, pues involuntariamente te empiezas a excitar, pues no se si por el ambiente agradable  o por el morbo de la situación en la que nos encontrábamos por primera vez en esto, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso. La una por pena y el otro por profesionalismo mientras que las feromonas que llenaban la habitación ya se estaban mezclando en el ambiente, ya que nuestros genitales al estar excitados y mojados, mandan ciertas señales que emanan por medio del líquido viscoso, haciendo que la “atracción química” complique más la situación y como cereza del pastel, la pepita de éxtasis empezaba a surgir efecto. 

Entonces, te pido que te frotes aceite por todo el cuerpo para resaltar más la tonalidad de la piel, empezando por las piernas y hacer una toma lateral para resaltar la nalga y mostrar más destapándose la batita azul, dejando por fin al descubierto tu hermoso pecho resaltado por el brillo del aceite. En ese momento se te dibuja una sonrisa nerviosa mientras aprovecho para hacerte otras tomas vistiendo ...

... solamente ese diminuto hilo azul. 

Sorprendentemente, usted me pide que por favor le termine de untar aceite en su espalda y  de paso que te masajeara el cuerpo pues, según usted, para liberar un poco la tensión. Así que comienzo, por los pies para relajarte mas, pasando dedo por dedo y concentrandome un poco en la planta de los pies, luego empiezo a subir por tus pantorrillas pero deteniendome en tus piernas. En el mismo instante de repetir el recorrido en tus largas y ejercitadas piernas, el efecto de la droga empieza a incrementar y aún más al afinar nuestro sentido del tacto y olfato, tanto que podía percibir  y poder sentir el transmitir mi energía usando las yemas de mis dedos explorando tu femenino cuerpo y jugando engominada mente con el suave terciopelo de los vellos de tus piernas, tratando de ponerte la de piel de gallina, cosa que me hace quitarme el pantalón  y quedar me en bóxer para sentirme más cómodo. Luego, paso mis manos por ese suculento culo, esparciendo más aceite en cada nalga percibiendo la carne rica de tus trasero y empiezo a masajear suavemente. Luego paso mis dedos más adentro en la entrepierna para levantarlas y entretenerme en esas nalgas redondas. Entonces,  abro tus nalgas y se asoman tus labios menores abriéndose y despegando-se lentamente por la viscosidad de tu delicioso juguito que podía percibir el delicioso sabor al “olfatearte la vagina” a distancia gracias a la afinidad de ese sentido causado por la droga  recordando la escena de la vagina ...