1. De cómo me convertí en el prostituto de mi familia, con mi propio tío a mis 17 años aunque fuera un chico hetero


    Fecha: 15/06/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: LadoSensible.Blogspot.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... pusiera. 
    
    Quizás tenía razón y debía de quedarme con él. No quería salir, no quería ver al portero, al del Uber o micho menos a mis papas o a mis hermanos. Me sentía sucio, humillado, quería desaparecer de ese mundo. Sentía que todo el mundo me iba a juzgar y que sabrían lo que había hecho. Pero al mismo tiempo pensé, si me quedo acá más noche me va a querer coger nuevamente. 
    
    Reponiéndome a mi situación, me levante de la cama. Tome mi bóxer y me los coloque. El dolor de mi culo era insoportable. Caminaba sintiendo un vacío, una sensación extraña en mi culo. Torpemente avance a donde mi tío había dejado mi ropa. Le comenté que me tenía que ir, que no había avisado que llegaría tarde y que mis papas se preocuparían. 
    
    Mientras me vestía, mi tío seguía recorriendo mi musculoso cuerpo, sin importarle que ya hubiese tenido placer conmigo. Recorría sus manos como si fuesen la primera vez que tocaran mis músculos, de una forma igual de morbosa que hace unos momentos. 
    
    Caminaba torpemente y me acompaño a la sala. Ahí me dio de tomar un poco de agua en lo que esperábamos el Uber, me comentó que todas las mañanas vendría el servicio de limpieza y que si quería mudarme cuanto antes a su casa. Yo le respondí que tenía varias cosas que pensar antes de hacer eso. Me daba pena verlo a los ojos, él, por el contrario, sentía o hablaba con un aire de superioridad a mí, de victoria. Sus palabras se sentían vigorosas y la posición de su cuerpo era ventajosa. 
    
    Me dijo que me ...
    ... entendía. Me recordó que mañana teníamos que ir al banco. Le dije que no se si podría levantarme de la cama porque me dolía mucho mi culo. El solo se río diciéndome que me dejo para necesitar silla de ruedas. Una pequeña risa salió de mi rostro, recordando cuantas veces les había dicho a las chicas que las cogerías hasta dejarlas, así como me sentía yo ahora. 
    
    El Uber llegó y al despedirme, justo en la puerta. Me comenzó nuevamente a besar en la boca, en todo el momento que me había cogido, jamás me había intentado besar. Yo no puse resistencia, pero tampoco coopere con el beso y solo dejé que su asquerosa lengua recorriera mi boca, la metía adentro y me mordía mis labios. Sus manos buscaron mis nalgas en mis apretados jeans y las metió por abajo, penetrándome otra vez con sus dedos. Estuvimos así como por dos minutos, hasta que me soltó. Abrió la puerta y yo intenté caminar lo más normal posible, fingiendo que tenía una lastimada en el pie. Mi tío esperó a que me subiera al coche. Al subirme, no me podía sentar bien, le dije al del Uber que me había caído y me había lastimado el ´pie, colocando el haciendo hacia atrás y estirando mi pierna como para sentarme deladito. 
    
    No quise platicar con el chico del Uber, aunque este me intentó sacar platica. En mi mente estaba lo que había pasado. 
    
    Al llegar a mi casa, bajé con bastante trabajo. Abrí la puerta y mis papás estaban en la sala. Cuando vieron como venía sin poder caminar, uno de mis hermanos bromeo con que me habían ...