1. Noche de pasión en Lisboa (IX): Los libros sibilinos


    Fecha: 05/12/2017, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: alfredo1257, Fuente: CuentoRelatos

    ... me rodean.
    
    Estoy fumando recostado sobre la pared y al poco tiempo noto que un cuerpo de mujer se me arrima, recostándose a su vez, pidiéndome un cigarrillo. Por la voz la reconozco. Es Marta
    
    - Hola Marta. Hemos tenido un día duro hoy.
    
    - Sí, dom Alfredo, pero ha merecido la pena, según me han comentado.
    
    - Y ¿Qué le han comentado? Que yo me entere.
    
    - El pago por el trabajo que usted ha establecido, y los planes que tiene de futuro para la comarca.
    
    - Demasiados oídos en esta finca. Tengo que tener cuidado con lo que digo o lo que hago.
    
    - Dom Alfredo, me recuerda usted mucho al abuelo de la tía Amália. Él era como usted.
    
    - Espero que eso sea un cumplido.
    
    - Lo es, no lo dude – Y tirando la punta del cigarro, me puso una mano en la mejilla y me besó en los labios, diciendo
    
    - No se equivoque. Ya sabe, no voy a repetirme.
    
    - Ya sé Marta, ya sé, no se preocupe. Y gracias por todo.
    
    Marta es los ojos y los oídos de su familia en la finca. Me he dado cuenta de que nada de lo que ocurra o se diga, se le pasa desapercibido. Es una buena mujer.
    
    Me aparto de la pared y cuando voy a doblar una esquina, veo a una pareja de jóvenes abrazados, besándose con pasión. Él tiene una mano metida por debajo de la ropa de la muchacha acariciándole un pecho, mientras ella suspira. Al dejar de besarla, ella gira la cabeza y veo que es Paulinha. Al parecer el maromo estaba en la finca hoy trabajando, y nadie me dijo nada. Me retiro con discreción y pienso que es buen ...
    ... momento para hacerle una entrevista y ver de qué pie cojea.
    
    Vuelvo sobre mis pasos, haciendo ruido y llamando “Paulinha” Paulinha”. Voy despacio para darles tiempo a componerse. Mientras me acerco oigo como ella le dice a él que desaparezca, que no le vean con ella. Cuando la veo, observo que está arrebolada, pero hago ojos ciegos y comienzo a charlar con ella:
    
    - Paulinha, me han dicho que tienes un novio ¿Es verdad?
    
    - Vovô, ¿Cómo sabes tú eso? ¿Quién te ha ido ya con el cuento?
    
    - Es verdad, entonces
    
    - Ummm bueeeeeno, siiii, pero todavía no somos muy novios – Coño, pues te estaba metiendo mano en las tetas hace un momento, pienso yo.
    
    - Y ¿cómo os conocisteis?
    
    - Paseando con Bolacha, él tiene también un perrito y me dijo que le gustaría que estuviese tan educado como el mío. Yo le dije que, si quería, yo podría enseñarle. Y nos vemos desde entonces.
    
    - Me gustaría conocerle y hablar con él. Me ha dicho un pajarito que está hoy aquí.
    
    - Cotillas – Dice asumiendo que ha sido Marta quien me lo ha dicho o alguna de las mujeres, y yo no la quito del engaño.
    
    - Dile por favor que le espero en el salón, que quiero charlar con él, si no tiene inconveniente.
    
    El patrón de la quinta es un hombre relativamente poderoso, y respetado. Cuando solicita una entrevista con alguien, educadamente y con respeto, se consideraría un desaire gratuito el no acudir.
    
    En el salón hay una chimenea, con dos sillones orejeros viendo hacia el hogar. Dudo un momento y decido ...