El Baño de Caro (1).
Fecha: 23/06/2020,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Géminis, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Estábamos un sábado de descanso en casa con mi esposa, mis dos hijas y una sobrina de ella que se quedaba a pasar el fin de semana.
Mi mujer hacia oficios en la cocina y lavaba la ropa en el patio, las niñas jugaban en su cuarto y yo me distraía viendo un video musical en el mío.
A eso de la una de la tarde me provocó darme un baño y salí con mi toalla, estaba en mis 30s, alto y con buena contestura fisica y dedicado a mi vida profesional.
Mi mujer al verme fue hasta donde iba y nos dimos un ardiente beso. Las niñas corrieron y me preguntaron si se podían bañar conmigo. Eso no representaba ningún tabú y era mi costumbre ayudar a mi esposa en esos menesteres de bañar, vestir y darle alimentos a las niñas desde que nacieron, era un día rutinario, conocía sus cuerpos y ellos el mío sin ningún asomo de interés o perjuicios.
Les dije: -Está bien.
Mis hijas eran unas niñas morenas de 9 y 5 años, esbeltas, de cuerpos hermosos y lindos rostros, la hija de mi cuñada, era una preciosidad de tez blanca, grandes nalgas y robusto cuerpo, grandes ojos cafes y boca de labios sensuales a sus 7 años.
Mi mujer interviene para ordenarles que se se bañarían sólo ellas pero no Caro, como se llamaba mi sobrina política; porque ella no conoce papá y no ha visto el pene de un hombre y quizá a su hermana no le guste saber que se bañó conmigo.
Escuchando eso la niña se puso triste, torció sus rojos labios y soltó el llanto.
Las primas y la madrina trataron de animarla y no lo ...
... consiguieron, entonces su tía reaccionó y volvió a ordenar:-Tu papá se baña con ese short y ustedes con Caro en panti.
Si bien mis hijas habían visto mi sexo era de pasada, cuando me cambiaba y no de una forma evidente y explícita de señalamiento, y por otra parte, no me producía ningún tipo de morosidad sus puberes cuerpos en crecimiento.
Alegres todos nos dirigimos al pequeño baño de la casa, ellas entraron primero y abrieron la llave, yo dejé la puerta abierta y me dispuse a echarme jabón y ellas miraban desde su 1.20 m mi imponente 1.90 de estura, se juntaban y daban vuelta a mi lado bajo del chorro de la regadera.
Mi hija mayor cerró la persiana verde y la luz se puso más oscura, en ese momento mi pantaloneta de seda roja mostraba el bulto de mi flacido pene y su grueso y largo cuerpo.
Ellas no miraban sino ese lugar que les quedaba a la altura de sus rostros, expectantes y ansiosas con la forma que empezaba adquirir bajo la fina tela mojada.
Mi mujer volvió a Inquirir:-Restriagalas bien y lavales el pelo con Shampoo.
Inquietas y juguetonas en mis costados, empecé a enjabonar a la mayor, su cabeza y su bello rostro, sus hombros y pecho plano, no se brotaba nada aún en sus tetillas color café, y bajé por su vientre y sugerí que ella se lavara su sexo y ano, cosa que hizo sin dejar de mirarme con una cara que no había percatado antes. Seguí con mi otra hija y luego con Caro, no me atreví a tocarla más allá de su pecho gordito. Ellas una vez enjuagadas comenzaron a saltar y ...