1. El cuñado (Parte 1)


    Fecha: 08/12/2017, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... tenía embobado. Era como una tibia caricia en todo mi cuerpo, haciéndome estremecer-. Está tan colorado por haber llevado todo el día esa cosa. Pero se te ve tan rico, mi amor. Yo ya no hablaba, y no quería hacerlo. No quería pensar. No podía pensar. Mi mente estaba ocupada sintiendo ¡Y por Dios que sentía! Al cabo de un rato decidió prepararme para lo que venía. Me limpió y me llevó hasta mi cama. Miré la hora en el reloj que estaba sobre mi mesa de noche, y me sorprendí de que recién habían pasado 5 minutos. Esto estaba sucediendo más rápido de lo que yo era capaz de procesar. Me lanzó a la cama boca arriba y comenzó a besar mi cuerpo. Me sentí muy pequeño cuando lo vi sobre mí besando mi cuello y mi pello. Cuando llegó a mi pene me sentí desmayar en el momento que lo vi desaparecer dentro su boca. Era tan caída y húmeda que me hizo retorcer los dedos de los pies. De pronto se alejó de mí y abrió su pantalón. Dejó salir una gorda verga y unos potentes testículos que me hicieron quedar en shock. -¿Nunca habías visto una así? –preguntó. -No –dije, aunque mi voz no salió. -¿La encuentras grande? –preguntó con morbo. Asentí con la cabeza-. ¿Te gusta? –volví a asentir-. ¡Ése es mi chico! Tomó mi cabeza y la acercó a su pene. Era de un precioso color trigueño oscuro. Mi mano no conseguía rodearla por completo. 3 venas sobresaltaban en su superficie turgente y suave. Su glande estaba de un color rosa intenso, y cubierto de una película de un líquido viscoso. Tenía su prepucio ...
    ... retraído, presentándome todo su grueso glande, y acercándolo cada vez más a mis labios. -Abre tu boquita, bebé –dijo con voz melosa-. Aquí viene lo que tanto esperaste. Mi boca se abrió en una inmensa “O” y fue deslizando su miembro. Por sorpresa, el viscoso líquido no me desagradó. Era un suave sabor salado que no me causó mayor problema. Succioné por instinto. Él gimió con orgullo y me palmeó la nuca. Supe que debía volver a repetirlo. Su mano tomó la mía y la guio hasta sus colgantes testículos. Eran perfectamente redondeados y llenos de pelos rizados y castaños, al igual que los que decoraban la base de su verga. Sólo conseguí introducir su glande y un par de centímetros más, aún quedaba más de la mitad pero mi boca no era capaz con tanto. De todas formas, Robert parecía disfrutar a un nivel sorprendente lo que le hacían, aunque fuera primerizo haciéndolo. Noté que le gustaba que lo viera a los ojos mientras su gordo glande entraba y salía de mi boca. Le gustaba verme mientras él tomaba su pene del tronco y acariciaba mis labios con el. Le ponía a tope ver como mis ojos se humedecían cuando su miembro se adentraba más de lo que era capaz de tolerar. Le mataba que mi lengua acariciara con firmeza el borde de su glande. Lo notaba en su voz, en la manera en que agarraba mi cabello, en la forma que respiraba y gruñía. El celular sonó. Me aparté de su verga como si su herramienta quemara. Pero él me tomó del pelo y me la encajó nuevamente. Respondió la llamada. -¿Sí? –preguntó ...
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