1. El cuñado (Parte 1)


    Fecha: 08/12/2017, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... estuvieron en contacto. Era una mano casi el triple de grande que la mía. Dedos gruesos y largos, pero sorprendentemente suaves y amables. Después de las presentaciones pasamos a la mesa. Después del primer cuarto de hora, Robert ya se había ganado a mi padre y conversaban alegremente de política y de contingencia nacional. Bernardo participaba bastante poco, y aún miraba de forma recelosa a Robert, pero sin ser descortés ni brusco. Ahora que lo pienso, Bernardo siempre tuvo una sensibilidad especial para leer a las personas, pues nunca se acercó demasiado a Robert. Pese a que había seguido el misterio de las flores con mucho fanatismo. -Desde que la vi no pude sacármela de la cabeza –decía Robert cuando el ambiente estuvo más distendido-. Es una mujer real… perfecta. Es una dama, sin ser aburrida. Es extrovertida, sin ser libertina. Es femenina, sin caer en estereotipos. Ya que no es una princesa que necesita ser rescatada. Es una mujer fuerte y trabajadora. Una chica que no busca atajos y que se confía de sus capacidades para lograr las cosas. Todo eso no podía más que sólo hacerme sentir una enorme admiración por ella. Y fue la razón por la que no me atrevía a acercarme a ella. Temía que pensara que quería aprovecharme de mi cargo para intentar algo con ella. Además de que conozco como son los de la oficina, y rápidamente comenzarían a circular rumores al respecto. -Es entendible –asentía mi madre-. Además de que eres un chico joven y atractivo, en un alto cargo de ...
    ... poder. Los rumores lloverían. -Claro. Si de por sí ya circulaban desde antes –continuaba Robert-. Todo eso me frenaba a continuar. Así fue como decidí lo de las flores. Necesitaba expresarme de alguna forma. Era imperioso sacar mis sentimientos o explotaría. Y pensé lo de las flores porque era mucho menos psicópata que escribir notas anónimas. -Igual fue un poco raro al inicio –dijo mi papá-. Era demasiado extraño. -Lo siento –se sonrojó Robert-. Y fue por eso que lo detuve. Dilaté el asunto, pero ya no pude aguantarlo más. Después temía que el propósito de las flores se desvaneciera si continuaba por más tiempo. Me armé de valor y me confesé. -¿Y cómo están las cosas ahora en la oficina? –preguntó mamá. -Bien, en su mayoría. Es decir, varios sabían lo de las flores y comprendieron el motivo y todo. Me sorprendió que no se lo tomaran a mal. Pero creo que su hija tiene demasiada buena reputación como para que pensaran mal de ella o de mí –dijo. Mi padre infló el pecho. -De todas formas no faltan las perras psicópatas que meten su cola donde no las llaman –dijo mi hermana. Robert sonrió. Mi madre con mi padre quedó levemente noqueados-. Lo siento, pero es verdad. Robert es el jefe y tiene mucho dinero. Hay dos o tres chicas que intentaron acercarse a él por esos motivos y no les resultó. Y ahora intentan esparcir el rumor de que yo estoy haciendo lo mismo. -Debe importarte menos que nada –dijo Robert-. Darles tribuna es lo peor que puedes hacer. Tú eres mejor que ellas en muchos ...
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