Un cuarteto de ataque - Relatos Eróticos

Un cuarteto de ataque

... taladraba mi trasero como un pistón a toda velocidad mis orgasmos venían uno a uno me alcance a contar 6 en ese proceso, volvimos a cambiar de pose y en posición de perrito me follo nuevamente. Sentí que Javier convulsionaba y me saco su verga y colocándome de frente quería que me la metiera a la boca para venirse en ella pero yo no deje, solo sus gotas de semen cayeron en mi cara y en mi boca abierta, saboreándola me lambí mis labios y mis dedos. Él se quiso acostar y yo lo levante y nos fuimos al baño metiéndolo en la ducha agarre el jabón y le lave la verga, y después su cuerpo. Al regresar David se estaba viniendo dentro de Alcira ambos gemían de placer, convulsionando hasta la terminación de la derramada, duramos más de hora y media follando los cuatro, que delicioso fue. Eran casi las 11 PM y yo además de cansada ya estaba ebria, pero satisfecha del polvo, Alcira me dijo que mañana iban a ir con dos amigos a quienes me quería presentar, a navegar y entonces que los acompañáramos y así quedamos para mañana. Al otro día me desperté como a las 10 con un poquito de maluquera, pero con una cazuela de mariscos que David pidió volví a quedar bien, bueno y con dos traguitos de ron la mejoría fue superior. El teléfono sonó y era Alcira que nos estaban esperando en la playa para salir a navegar. Yo me metí a bañarme y a colocarme mi vestido de baño unos pantalones cortos con una blusita la que me amarre en las puntas dejando ver mi ombligo un sombrero ancho y mis gafas de sol ...

... David ya estaba listo, entonces nos fuimos a la playa a encontrarnos con nuestros amigos. Al llegar a donde estaban esperándonos sus amigos ya estaban en el bote con Alcira. Javier estaba trayendo una nevera del carro y una lancha nos llevó al bote. Los dos amigos de Alcira estaba guapísimos sobre todo Abelardo quien llevaba unas pantalonetas largas y una franela roja, sus gafas de sol, y una gorra de los yanquis de new york, su piel trigueña bronceada de cabello rizado y corto y unos ojos verdosos penetrantes y cautivadores, me encanto su sonrisa debía de tener como 35 años. El otro Santiago era más alto que el media como 1.90, bien alto también trigueño, pero medio calvo, de unos 45 años. Cuando arrancamos yo me quite el pantaloncito para quedarme con mi hilo dental que bien mostrona estaba, dejándoles ver mis nalgas a los caballeros quienes al verme los sentí que me miraban con ganas de comerme todita, dejándome sentir un cosquilleo exquisito me metí los dedos entre los hilos acomodándomelos si hasta David me miro, se me quedo mirando mordiéndose los labios. Recorrimos varias playas y el calor iba en aumento lo que incitaba a tomar más cervecita fría para calmarlo. Los muchachos que aficionados al deporte del futbol son, empezaron a discutir de sus equipos y yo quería broncearme un poco, entonces con Alcira agarramos el bronceador y nos pasamos para la punta del bote, nos acomodamos y yo le aplique el bronceador y le solté el sostén para aplicárselo en sus senos y dejarlos al ...