Un cuarteto de ataque - Relatos Eróticos

Un cuarteto de ataque

... descubiertos para un mejor bronceado yo también me quite el sostén dejándome sin él y Alcira me aplico el bronceador. Así nos acostamos sobre las toallas dejando que el sol hiciera su trabajo sobre nuestros cuerpos, al rato el calor estaba fuerte y mi cerveza extinta. Y había que volverse a aplicar en bronceador, pero solo alcanzaba para una lo que toco llamar a los caballeros para que nos trajeran otro frasco de bronceador y una cervecitas bien heladas. Se vino a traérnosla Santiago, Alcira se levantó mientras yo me aplicaba el bronceador por mis brazos, le pidió el favor a Santiago que se lo aplicara por la espalda y a medida que se lo aplicaba ella fue volteándose para que se lo aplicara en sus pechos, lo que el gustoso hiso, siguió con todo su cuerpo cuando llego a sus glúteos Alcira se soltó los cordones de su vestido dejándolo caer para que también le aplicara en su trasero, Santiago continuo su labor y yo mire a su pantaloneta que su verga comenzaba a parársele. Al terminar su labor Alcira le levanto la camisa para quitársela y ella aplicarle bronceador, y que también era por todo su cuerpo, comenzó por sus brazos, su espalda, sus pechos y cuando llego de la cintura para abajo ella le abrió el resorte de su pantaloneta y se la bajo dejándolo desnudo y mostrándonos su verga que bien erecta estaba rebotando como un resorte al quitarla, le aplico primero en sus nalgas y abrazándolo por detrás en la parte delantera sin tocarle su verga recorrió sus piernas, pidió que le ...

... mandáramos con Abelardo un balde de agua para lavarse las manos, entonces Abelardo fue por el balde y nos lo trajo, al llegar vi a su pantaloneta, que traía una erección muy notable y que él no escondía, eso hiso que me tocara mi cuquita por encima de mi vestido de baño. Le pregunte que si le gustaría que le aplicara bronceador, el claro que dijo que si entonces me pare y agarre la botellita y me unte en las manos él ya se había quitado su franela, y comencé mi tarea, mientras Alcira que terminaba de limpiarse las manos, se le acerco a Santiago y arrimando su cuerpo al de él, por un costado le agarro la verga para masturbarlo suavemente, nos observaba abriendo su boca y moviendo su lengua por sus labios, en la espera de lo que podía pasar entre Abelardo y yo, que continúe aplicándole el bronceador y al llegar a su cintura realice el mismo ejercicio de Alcira.

- Ahora me toca a mí.

Y mordiéndome la boca con mis dientes abrí el resorte de la pantaloneta y se la baje dejándola caer y descubriendo una enorme y gruesa verga a la que mire fijamente y acaricie con mis dos manos.

-Guau esto esta grandísima pero que es esto.

Y voltee a mira a Alcira que me veía y señalando con su puño cerrado y su dedo gordo asía arriba me dice

-- Ves yo sabía que te iba a encantar.

Enseguida pensé lo rico que sería tenerlo dentro de mi trasero, después de ver semejante verga a mí se me olvido que mi esposo estaba en el bote mirándonos a los cuatro en el timón, seguí acariciándosela y ...