1. Lila en el verano


    Fecha: 14/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    LILA
    
    Las siestas veraniegas eran el momento del baño en las acequias, de agua marrón por la tierra que arrastraban, y tibia por el sol.
    
    Frente a la casa donde yo vivía estaba la de una finca vecina, ocupada por los que trabajaban allí, con tres hijos, la mayor se llamaba Lila y tenía entonces 12 años.
    
    Lila tenía pezones hinchados de preadolescente, que se le notaban bajo el vestido sobre el cuerpo sin más ropa que esa, no usaba bombacha y andaba siempre descalza. Llevaba el negro pelo largo y lacio hasta más debajo de la cintura, suelto y salvaje, lo que le daba aspecto de atorrantita. No creo que fuera realmente linda, pero sí erótica para mí con mis 11 años en que recién había tenido mis primeras eyaculaciones y vivía con la pija al palo haciéndome hasta cuatro pajas diarias mirando fotos de pies y piernas de mujeres en las escasas revistas de ese tiempo.
    
    Así la conocí ese verano a Lila, la pendeja de enfrente, que me tenía caliente. La miraba buscando verle las tetitas puntudas por el escote del suelto vestido y las anchas patas morenas de dedos abiertos, sucios de tierra y carnosos, que me excitaban también lo mismo que su cuerpo, que parecía pedir pija.
    
    A Lila la deseaba sin esperar poder cojérmela, yo a esa edad ni soñaba con cojerme a una mujer, y menos a una pendeja de 12 años como Lila, hasta que una siesta de ese verano sucedió lo inimaginable.
    
    Por una especie de túnel existente en la casa de enfrente pasaba el canal que llevaba el agua para ...
    ... riego, y más atrás, la casa tenía un patio al cual se abría el canal, al que, agachándome, veía desde mi casa.
    
    Esa siesta, mirando por el túnel, alcancé a ver cuerpos morenos desnudos bañándose en el canal dentro de la casa de enfrente. Miré más detenidamente y pude ver a Lila, toda desnuda, jugando en el agua con el hermano de unos 7 años y la hermanita más chica, de 3 años.
    
    La pija se me puso dura en segundos. Me quedé mirándola mientras me la agarraba, pronta a tirar una acabada destinada a la pendeja desnuda.
    
    Por esa calle de campo no pasaba nadie en la siesta, así que salí, crucé la calle y me puse a espiarla desde más cerca, desde la boca del túnel, ahora a unos pocos metros de Lila, que en esos momentos se quedó sola en el agua porque sus hermanos se fueron adentro de la casa. Saqué mi pija por la pernera del corto pantalón y estaba a punto de dedicarle a Lila una espantosa paja, cuando ella me vio por el hueco del túnel.
    
    Me asusté pensando qué haría ella, pero para mi sorpresa me sonrió desde adentro, me hizo señas de que entrara por el túnel y me llamó: Vení!
    
    No dudé. Me metí en el agua arrastrándome y fui hacia ella, que ahora se había sentado en el fondo del canal, toda desnuda y con las tetitas al aire, y seguía llamándome despacito: Vení, no hagás ruido!
    
    Veía su cuerpo desnudo mojado, con el largo pelo chorreando, cubierta apenas hasta la cintura por el agua y sus incipientes tetas con esos pezonazos marrones, carnosos y bultudos, y sin saber qué iba ...
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