Mi tía, sus pantimedias y yo II - Relatos Eróticos

Mi tía, sus pantimedias y yo II

Luego de la tremenda masturbada que tuve con mi tía Irma viéndome, esa noche tuve fantasías eróticas con ella, ya saben, del tipo en las que ella se hincaba delante mío a practicarme el sexo oral, para después montarnos en la cama a practicar toda suerte de posiciones sexuales. Por un momento me avergoncé de tener esas fantasías con ella, quiero decir, es mi tía, hermana de mi mamá. Pero luego pensé "si ella no sólo no se molestó al sorprenderte masturbándote con su ropa íntima, sino que insistió en que siguieras adelante y te mostró sus piernas para excitarte más, igual ella piensa lo mismo de tí". La sola idea de que mi tía Irma tuviera fantasías y deseos sexuales conmigo me calentó sobremanera.

Al día siguiente, mientras mi madre se arreglaba para irse al trabajo, yo me encontraba desayunando para irme al cole, cuando detrás mío escuché la voz de mi tía Irma. "Hola cariño", me dijo con esa voz que era capaz de hacerme venir en seco. Cuando volteé para saludarla, vi que llevaba una falda mini (estamos hablando que esto pasó en 1986, yo tenía 16 años y mi tía 32) con una medias blancas, blusa rosa y unos zapatos de tacón blancos. Se veía hermosa y ella se dió cuenta, así que de manera melosa se inclinó y se acercó a mi rostro, besándome una mejilla a la vez que me susurraba "¿Adivina que pantimedias tengo puestas?", para sin esperar a que le respondiera y con el mismo tono de voz contestar su pregunta, "son las pantimedias que usaste ayer para masturbarte". 

Como ...

... mamá todavía no bajaba y al ver que sus palabras y su vestimenta habían provocado el efecto deseado en mí, mi tía Irma se levantó la falda y pude ver que ahora llevaba unas pantaletas blancas, pero encima de las pantimedias. Francamente súper excitado acerqué mi mano a sus piernas y ella antes de que lo lograra se bajó un poco las pantaletas y me mostró parte de su vello púbico. Dios, que hermoso. Al oir que bajaba al comedor mi mamá, se acomodó la pantaleta y se arregló la minifalda. No sé cómo pude evitar que mi mamá se diera cuenta de la tremenda erección que tenía pero sí noté como eso le complacía mucho a mi tía, saber que tenía el poder de provocarme de esa manera.

Como todos los días, mi tía nos llevó en su coche, dejándo a mi mamá cerca de su trabajo, para luego llevarme al colegio a mi. En el camino y haciédolo a propósito, mi tía Irma se subió un poco más la minifalda permitiendo que me deleitara con sus bien torneadas piernas a la vez que de cuando en cuando, me tomaba la mano para que se las acariciara, lo que lógicamente me ponía más caliente que el infierno. Cuando estabamos ya en la puerta del colegio y antes de bajarme, mi tía me dijo "quiero que pienses todo el día en mis piernas, pues te quiero muy excitado para cuando llegue del trabajo, te voy a dar una sorpresa. "Claro que sí tía, por eso no te preocupes" le respondí mientras la besaba en una mejilla.

Debo decir que durante todo el día no puse atención a ninguna clase y sólo se me iba el tiempo en ...