Mi tía, sus pantimedias y yo II - Relatos Eróticos

Mi tía, sus pantimedias y yo II

... imaginarla desnuda y solo con sus pantimedias puestas, imaginándo qué sorpresa me tendría. Cuando terminaron las clases, tomé el autobús a casa y eterno se me hizo el camino. Una vez que llegué, me cambié el uniforme, me puse unos pantalones cortos de deportes, sin trusa debajo y me dediqué a esperar la hora en que arribara mi tía Irma, nuevamente fantaseando cosas sexuales con ella. Tan pronto estacionó su auto en el garage, salí a recibirla y al verme con ese short, sonrió de una manera muy sensual a la vez que me decía "vaya, veo que ya estás listo". Y es que no me di cuenta de que al abrir la puerta para que ella entrara en la casa, automáticamente tuve una erección, la cual se notaba más al no llevar ropa interior. Por un momento me sentí apenado, me puse rojo, pero mi tía con esa voz melosa que ahora amaba mucho más me susurró, acercándose a mi cara "no te preocupes sobrino, esa erección tendrá su recompensa".

Me tomó de la mano y subímos a su recámara. Lo primero que hizo fue preguntarme si ya había besado a alguna chica de "lenguita", a lo que le respondí que no. "Mira, te voy a enseñar" me dijo mientras acercaba su rostro al mio. Comenzó a besarme suavemente y abrió su boca para meter su lengua en la mia, yo abrí mi boca y entrelacé mi lengua con la suya, un poco torpemente debo decir, pero poco a poco me fuí acostumbrando. Para ese momento yo tenía la erección al tope y estaba bastante húmedo del glande, mi tía Irma notó eso mientras nos abrazabamos para ...

... besarnos y me dijo, "tranquilizate, no quiero que acabes muy rápido". Me sentó en un sillón individual que tenía a un lado de su cama mientras me decía "disfruta sobrino del show". Acto seguido se despojó de la minifalda, se quitó la blusa y el sostén, déjandome ver un par de senos bien proporcionados, ni muy grandes ni muy pequeños, con una aureola rosa en los pezones que me hicieron ponerme más caliente, para finalmente despojarse de su pantaleta, quedándo sólo con las pantimedas blancas puestas. Yo me quedé hipnotizado viendo su velluda vagina, la cuál estaba también húmeda pues a través de la media se le notaba una mancha. Mi tía Irma al dárse cuenta de ello y con una risa coqueta me dijo "mira, me ha puesto muy mojada, igual que ayer, tócame" al tiempo que se acercaba a mí y tomando mi mano la llevó a su conchita, la cual noté muy mojada por encima de la pantimedia. Al hacerlo, mi tía lanzó un suspiro de alivio y satisfacción.

Yo ya estaba listo para todo, así que quité mi mano de su cosita, me levanté del sillón y me despojé de la playera y el short, dejando mi erección al aire libre. "¿Cuál era la sorpresa tía?" le dije maliciosamente. "Ya verás, ya verás" me respondió ella al tiempo que se dirigió a su cajonera, donde guarda su ropa interior y sacó unas pantimedias naturales. "Sientate bebé" me dijo y yo rápido obedecí la órden. Irma se hincó delante de mi, poniendo un cojín debajo de sus rodilla para no ensuciar o maltratar sus pantimedias. "Quiero que te relajes y si lo ...