La Marina, la Beatríz, y la Rosa.
Fecha: 16/12/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos
... mamá, que además vivía diciéndome que dejara yo de ser así tan antipático como era, y cambiera esa manera tan desagradable de mi ser, y fuera amigo y afín a ellas; a lo que yo...¡peor hacía!
La Marina, la Beatríz y la Rosa, debo decir que eran...¡por demás hermosas!!! Dueñas, además, de una muy sutil y particular manera de manejar un sentido del humor exacerbadamente ácido las tres a su manera cada una; y yo, por tal cosa: ¡más me enfurecía!!!
Lo que me habían dicho en el almacén había sido cosa que había como picado muy fuerte en mi ser interior, y todo yo había a partir de ese mismo momento, quedado como una permanente candela que incendiaba mis sentires más revulgitantes.
La guerra había pues así comenzado, y las tres desplegaban la más sutil y humorística manera de saber encenderme en rabias y un modo como prodigioso para saber excitarme en excitaciones de las que justamente...por nada del mundo deseaba yo conocer! Osea: Las muy astutas habían sabido encontrar las maneras de abrir los cerrojos que las hacían entrar a mis sentires eróticos de un deseo loco por sentirme sexualmente atraído por ellas. Si: mi masculinidad plena, aletargada detrás de falsos sentires que no eran verdaderamente los míos, ellas estaban sabiendo despertarlos de una manera que me aterrorizaba saberlo!
Una tarde -lo recuerdo como si fuera hoy-, las tres pasaron juntas por la vereda, en minifaldas y top. Una electricidad recorrió alocadamente mi aparato genital entero, y una erección ...
... vibrante quedó como queriendo romper mi boxer y pantalón de jean. Corrí recuerdo bien a encerrarme en el baño para ver cómo estaba, y casi dí un grito al constatar la dimensión exageradamente desproporcinada de mi inmensísima verga. No exagero: mediiría...más, pero mucho más, de 38 centímetros.
Mis padres, solían viajar al exterior en su calidad de contrabandistas que eran, por lo que solía quedar yo solo muchos días así en casa.
Y fue uno de esos días cuando mis padres viajaron, cuando las tres...la Marina la Beatríz y la Rosa, las tres entraron a las carcajadas y corriendo, a capturarme entre las tres, cosa que hicieron atarapándome y desnudándome completamente desnudo, para amarrarme en mi propia cama así de manos y pies atadito a los cuatro barrotes, y comenzar entre mis gritos e insultos de resistencia, a someterme a mi primera "sesión de tortura" la cual comenzó con las tres haciéndome un show de streep tease desnudándose lentamente y bailando, en alternadas sesiones de cosquillitas que manoseaban mi desnudéz entera mientras sus risitas y carcajadas, eran una constante al ver mi verga empinándose más y más ahí mientras me retorsía atado y desnudo.
Ahora sí, aquella "guerra" había pasado a ser ya para ellas, momento de conquista y ocupación. Yo, bramando y jadeando, suspirando y gimiendo, sentía ya dentro de todo mi ser, una especie de masoquista placer que ellas de inmediato captaron largando sus más triunfales carcajadas gozosas.
Mi verga...comenzó a entrar y ...