1. El esclavo romano V


    Fecha: 14/09/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Máximus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... la otra saliera. Era de un hombre mayor. Antes que nada le jaló algunos de los pelitos anales a mi esclavo, luego metió su pene de un golpe y su pelvis chocó con las nalgas de mi esclavo. Skýlos gritaba y lloriqueaba por el dolor y la impotencia. El viejo le dio doce metidas y sacó la verga para correrse en las nalgas.
    Luego llegó un muchacho, encuerado totalmente y de la misma edad que mi esclavo. Le dio una nalgada y metió la verga parada en el agujero palpitante de Skýlos. El muchacho estaba rompiendo record puesto que estaba durando más que los otros dos hombres que habían metido su verga. Algos hombres le daban nalgadas en el trasero al muchacho como felicitándolo por ser más aguantador. Al final, él también se corrió en los adentros de Skýlos. 
    Llegó un hombre musculoso, y desnudo, y antes de meter la verga le metió un dedo a mi Skýlos. Le estimuló de tal forma el interior del culo que logró sacarle la leche que los otros dos le habían dejado adentro. No toda, pero sí alguna. Luego le metió la verga mientras le daba de nalgadas. El hombre musculoso se cogía a Skýlos como un animal. Incluso temí por mi esclavo, que pataleaba y gritaba de dolor. El hombre violento sacó su verga antes de correrse y antes de que la entrada anal se cerrara otra vez metió el puño completo en el recto del muchacho. Yo veía como su ano se estrechaba y como, posiblemente, no volvería a quedar cerrado. El hombre se corrió de pura excitación en el suelo. 
    Así pasó el tiempo, y el culo de ...
    ... Skýlos fue rellenado por doce leches distintas. Tuve que detener a la gente que hacía fila para cogerlo cuando vi que el muchacho ya no gritaba, sino que se había resignado a ser juguete sexual. Estaba tirado en el suelo de la vía pública. Con las nalgas rojas, ya sin taparrabos, el orificio del culo se le veía rojo y ligeramente abierto y del interior no dejaba de salir esperma lentamente. Incluso había un chaco pequeño de semilla de hombre bajo él. 
    -Levántate.
    Le dije, y él, luego de unos segundos intentó ponerse de pie. Pero volvió a caer.
    -No puedo…
    Repetí la orden y él intentó, pero no lo logró levantarse.
    -Mi culo, me arde mucho… 
    Fui con él y lo ayudé a levantarse. Coloqué su brazo tras mi cuello y lo encaminé despacio. Ya había oscurecido. 
    -Tantas vergas en tu culo, y no se te paró ni una sola vez. Eres un hombre aún. 
    Le dije con un tono de orgullo y él se soltó llorando. 
    Cuando llegamos a la Villa lo primero que hice fue recostar a Skýlos en mi cama. Él se quedó dormido de inmediato. Yo aproveché para revisar su culito. 
    Abrí sus nalgotas y noté que el agujero anal se había quedado ligeramente abierto. Estaba rojo y había mucho semen seco en todos lados. Le di un beso en una nalga y luego uno en el culo. Con mi lengua empecé a limpiarle los restos de leche y con mi saliva traté de aliviar un poco su agujero destruido. 
    Así estuve varios minutos, cuando Skýlos, aún dormido, empieza a mover la cintura y a frotar su pene y sus bolas en las sábanas. Le abrí más ...