1. El escondite.


    Fecha: 21/09/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... “tapándole bien el ojo al macho”. 
    Por el entusiasmo y el pendiente de que quisiera estrenar su gran verga en mi trasero, esa noche no dormí bien, parecía que estaba en víspera de fiesta o que iba al matadero. Antes del amanecer, aún oscuro, los 3 jinetes llegaron por mi. Don Roque, con su vestimenta de manta y su cuadrilera a la izquierda, sombrero ancho y cubierto por un gran zarape, que llegaba más allá del rabo del brioso caballo que montaba. Subí en ancas y quedé montado sobre el zarape, pero a los primeros pasos lo reacomodó y quedé totalmente cubierto y rodeando su cuerpo con mis brazos. -Pal frio- dijo solamente, haciéndose la cuadrilera a la derecha. De inmediato agarré su verga por sobre el calzón de manta, que parecía estar ya erecta y empecé a meter mano, pero me detuvo diciéndome en voz baja 
    -Hasta ahí nomás, no quiero que se me salga nada para echártelo todo a ti, traigo mucho que darte-. Por mi cuerpo recorrió una descarga de adrenalina, como cuando hice el examen de admisión a la secundaria el año pasado y los de evaluación unas semanas antes.
    -¿Qué me vas hacer?- Pregunté con cierta ansiedad y preocupación.
    -No es lo que yo te haga, lo que tú me vas hacer a mí y que nunca había sentido tan rico- Me volvió el color y dejé de mortificarme, pues parecía que aún no pensaba metérmelo por atrás. Pero se vinieron los sentimientos encontrados, durante todo el año me estuve haciendo el ánimo para recibir por el trasero el tremendo animalote que, sabiendo que ...
    ... podría dolerme y hacerme daño, ya lo había aceptado y ahora resulta que, con todo y que lo había practicado con don Nato, Hilario y el Grueso, ¡le estoy culeando!... 
    -Órale cabrón, no le saque- me decía en mis adentros 
    -No pasa nada, tal vez un poco de dolor, pero seguro que habrá un mucho de placer, si no lo haces cuando se puede, luego lo vas a estar lamentando- finalmente me reanimaba.
    Cuando llegamos al potrero, ya había salido el sol, tomamos un jarro de chocolate caliente con pan dulce y luego decidieron separarse hacia 3 direcciones diferentes, para regresar al mismo punto una vez que hubieran reunido las reses, montamos y tomamos nuestra ruta, llegamos a un claro rodeado de matorrales altos, parecía un corral hecho a propósito para tener privacidad. Desmontamos y nos sentamos en el pasto verde no muy crecido, recargados en una roca quedamos recostados uno al lado del otro, él a mi lado izquierdo, precisamente el flanco en el soy más diestro para las maniobras, tanto para el sexo oral, como para el anal. No había mucho de qué platicar, más bien teníamos urgencia de pasarla bien, luego de un año sin estar él y yo en una situación así. 
    Comencé con el manipuleo de su verga por sobre la manta de su calzón. No tardó mucho en reaccionar y aquello se puso tan duro como el mango de un martillo. Desaté el nudo del cordón de su única prenda que llevaba y lo bajé hasta la rodilla, me puse el glande en los labios y lo empecé a besar despacio al tiempo que pasaba mi mano derecha ...