Ojo por ojo
Fecha: 16/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... semanas y dos días.
Antes de que ella pudiera emitir sonido alguno, pues ya tenía la boca abierta, me presenté con mi nombre verdadero y mi apellido falso. Cossima Belli fue lo único que se atrevió a decir, mientras Cristian le hacía sitio a su lado moviéndose a la izquierda en el mullido sofá de sky granate. Me taladró con la mirada, pero en vez de sentarse balbuceó una excusa que provocó que Cristian se levantara a detenerla, pero más allá de cruzar un par de frases por lo bajo que apenas oí no pudo evitar que se fuera.
-Lo siento, dice que le ha salido un imprevisto y no puede quedarse –se disculpó el pardillo. A lo que a continuación agregó, dándome pie a acelerar mi estrategia: -No pasa nada, hablar conmigo es como hablar con ella.
Aproveché para pedir dos pintas mientras iba al baño, pues necesitaba serenarme y medir bien mis siguientes pasos. Salía del excusado cuando me entró un whatsapp: “Qué coño estás haciendo?” Al sentarme en la mesa, respondí: “Dímelo tú”
La siguiente cerveza fue la tercera, cuarta para Cristian, y marcó el pistoletazo de salida. Habíamos seguido hablando del proyecto del que el muy idiota no se dio cuenta que sabía demasiado, más de lo que él me había explicado, aunque creo que lo atribuyó al considerarme un excelente profesional que se había informado muy bien. Lo que no sabía él es que soy un excelente profesional en el excitante mundo de la manipulación.
-¿Esta compañera… Corina… -Cossima, corrigió él -…quién es?
-Una buena ...
... compañera, de las mejores que hay. Súper eficiente y de absoluta confianza.
-Pero me refiero, ¿ella también está por la labor de… cambiar las cosas en el departamento?
-Sí. Y tanto. Ella es la subdirectora del departamento así que está por encima de mí pero es la primera a la que le caen las hostias cuando la vaca muge.
-Comprendo, pero si os la cargáis, será ella la que tome el mando, ¿no?
-Podría ser, pero lo tengo bien pensado y procuraré ser yo el que dé el salto.
-¿Cómo? ¿Te la vas a cepillar? –Utilicé el verbo adrede, jugando con el doble sentido. El brillo de sus ojos me confirmó que había dado en el blanco. Además de una media sonrisa triunfal que se dibujó en su rostro.
-Bueno, la verdad… -por primera vez empezó a medir sus palabras, así que como no arrancaba, le ayudé.
-¿Es tu novia? ¿O sois pareja o algo?
-Algo –soltó con aparente pudor. –Dejémoslo en algo.
Sin que él se diera cuenta, había desbloqueado el teléfono hacía unos minutos jugando con él en las manos como si de un acto nervioso se tratara, así que lo solté sobre la mesa centrándolo entre ambos y accioné el icono de grabación de voz.
-¡Te la estás tirando! –afirmé con una amplia sonrisa mientras mis ojos lo felicitaban y mis labios añadían un qué cabrón, con lo buena que está. -¿Qué pasa, es un secreto o es de aquellas que no quieren tener rollos en la oficina?
-Está casada –soltó eufórico. Mi respuesta fue un joder acompañado de un par de risas y otro qué cabrón mientras ...