1. El taxista nocturno


    Fecha: 10/10/2020, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: Ljmg, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... empecé a sentirme culpable por ella, cuando al llegar en la noche, a veces se despertaba pidiéndome que la montara y aunque afortunadamente, por mi edad, todavía podía responderla, mis eyaculaciones fueran más escasas que a lo que estaba acostumbrada ella y yo me excusaba diciéndola que llegaba cansado de estar toda la noche trabajando.
    
    Una de las noches tuve que llevar en el taxi a dos niñas que ya conocía junto a uno de los chicos gays que estaban por allí, y durante el viaje bromeaban conmigo, proponiéndome diversas cosas como que culeara a las niñas y ellas me decían que lo hiciera también con el chico. Finalmente me aparte de la carretera y pasé al asiento trasero con ellos. El chico me enseñaba la polla y una de las niñas se la chupaba para que me animara yo a hacer lo mismo, poniéndose la otra a chupármela a mí. Era una situación muy morbosa en la que no me había visto nunca y sentí una gran curiosidad por tocar una polla y sentir esa sensación de la que pueden disfrutar las mujeres, así que agarré la polla del chico masturbándola y jugando con ella en la boca de la niña.
    
    La otra cría me estaba dando demasiado gusto con su lengua y no pude resistirme a meterme yo también la polla del chaval en mi boca, compartiéndola con la niña, que a medida que yo iba agarrándole el gusto, me la acabó dejando para mí sólo, sorprendiéndome a mí mismo de que estuviera haciendo eso, algo que nunca se me habría pasado por la cabeza en otras circunstancias, pero la verdad es que la ...
    ... sentía deliciosa en mi boca y me gusto ver cómo le hacía correrse con mis lamidas, aunque eso sí, no me acabé tragando su semen.
    
    El chico, en correspondencia, se puso a chupármela a mí también mientras yo le metía el dedo en su culito, que parecía más bien el de una chica por su belleza. Cómo quería probar por una vez en mi vida, lo que era culear a un chico, le mandé sentarse encima de mí y empecé a follarme su culito mientras yo con las manos por delante de él, le pajeaba su polla y masajeaba sus huevos hasta hacerle correrse mientras yo me corría también dentro de su culo, lo que me pareció una de las sensaciones más intensas que he tenido en mi vida, aunque teniendo a la vez, cierto temor de que eso me gustara demasiado y empezara a darle a los dos bandos como mis viciosos compañeros.
    
    Realmente cada noche en el taxi era una aventura que me tenía excitado todo el día estando como ausente, pensando en lo que me encontraría ese día en el trabajo, lo que lógicamente empezó a notar mi mujer, diciéndome que me veía un poco raro desde que había empezado a trabajar en el taxi, a lo que yo le puse de nuevo, las mil disculpas de siempre, pero sentía que tenía que compartir con ella todo eso que me estaba sucediendo, porque si no, acabaría volviéndome loco.
    
    Todavía con esos pensamientos en la cabeza, empecé una nueva jornada de trabajo, en principio como las demás, con las habituales charlas con los compañeros, en la que uno de ellos nos dijo que se había llevado a su casa ...
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