Le quite el marido a mi tía malvada - Relatos Eróticos

Le quite el marido a mi tía malvada

Hola amigos voy a contarles como fue que le quite el marido a mi malvada tía.
Soy Gaby tengo cuarenta años y desde hace varios años decidí salir del closet y declararme travesti, aunque cabe aclarar que este gusto por los hombres y la ropa femenina lo traigo desde niño.
Pero bueno el caso es que yo tenía treinta y dos años cuando cansado de que toda mi familia me presionará para que tuviera novia, y aprovechando de una cena familia con motivo del aniversario de bodas de los abuelos, agarre valor y les confese mis preferencias sexuales, algunos de la familia lo tomaron bien, otros no tanto pero la que puso el grito en el cielo fue mi tía clarita, señora muy conservadora y muy católica.
Hacía poco que yo había entrado a trabajar a la empresa del abuelo y me había independizado, ya vivía solo en un pequeño departamento y había armado mi buen guardarropa con toda clase de lencería, vestidos y minifaldas, el caso es que por insistencia de la tía clarita me dieron de baja en la empresa, en seguida busque un nuevo empleo en la empresa del tío Gustavo pero de nueva cuenta por orden de la tía me despidieron, después metí solicitud en la empresa donde el compadre y mejor amigo de mi difunto padre era gerente y este me habló con toda franqueza, me dijo que no me podía dar el empleo porque su esposa y la tía clarita eran muy amigas y está le había pedido de favor que no me contratará, los días pasaban y las cuentas aumentaban y mis ahorros ya casi se habían terminado.
Ese día era ...

... sábado yo me encontraba en mi departamento casi sumido en la depresión, andaba vestida en fachas, solo traía un top, y un shorts de algodón rosa encima de la tanga de encaje cuando tocaron a la puerta de mi depa, al abrir cuál sería mi sorpresa que el que se encontraba en frente de mi puerta era nada menos que don Ricardo el esposo de la tía clarita, me quedé sorprendida por la visita y por unos segundos me quedé muda, y un tanto incomoda al sentirme barrida de arriba abajo por la mirada de don Ricardo, asta que al final el rompió el incomodo silencio al preguntar; - cómo estás hija?
A lo que respondí con la voz un tanto apagada por la vergüenza y por mi precaria situación económica,- bien tío gracias
El me preguntó que si lo invitaba a pasar lo cual se me hizo bien raro y solo me aparte de la puerta dejandolo que pasará, una vez adentro me senté en el sofá de la sala mientras el se quedó de pie al tiempo que me decía que lamentaba mucho lo que la tía clarita estaba haciendo en mi contra, yo no aguante más y rompí en llanto escondiendo mi rostro en medio de mis rodillas, don Ricardo se sentó a mi lado y me consoló alisando mi pelo con ternura, una vez que me tranquilice empezamos a platicar y el me prometió que buscaría la manera de ayudarme a conseguir un empleo, aunque no sería muy fácil ya que siempre se vio sometido a los caprichos de la tía clarita, al despedirse me dió cinco mil pesos para que solventara los gastos de algunos días, me sentí un tanto apenada y a la vez ...